“Y hoy que puedo que la suerte me sonríe
Yo no quiero que haya un pibe que no tenga ni un juguete pa’ jugar…”
El bazar de los juguetes (tango)   Reinaldo Yiso
Fue un ingreso triunfal a la Misión San Francisco de Pichanal para las fiestas de navidad con su trineo mecánico cargado de dulces y regalitos para los niños. Un Santa Claus que sudaba a mares en el caldo del trópico vestido de esquimal adinerado con bonete de terciopelo rojo que en el tercer loteo se vió rodeado de niños no tan niños que no querían ni caramelos ni chupetines sino un poco de cash para droga.

Los relojeó hijos del vandalismo marginal para los que vivir la vida sin estar borrachos o drogados es un horror insoportable. Y se escudó en su peletería para aguantar las piedras y las trompadas. Supo en la carne propia de su Papá Noel de cocoliche que ciertos problemas sociales no se arreglan con espejitos de colores o transformers de plástico, eso es cosa de políticos en campaña. Pobre Noel, tenía las mejores intenciones.