Ciertos parajes chaqueños en la Rivadavia de la banda sur tienen nombres de animales, lo que no resulta extraño visto que están enclavados en la más virgen naturaleza de esa geografía semi árida en la que de pronto te encontrás con un chancho quimilero que te mira fijo a los ojos, una vizcacha que asoma la cabeza de su cueva, una cascabel que te hace efectos de percusión con la cola o una lampalagua que te quiere triturar un cabrito, ahora bien, la toponimia animal, esto si es curioso, suele hacer referencia a una historia. “Pelícano quemado”, por ejemplo, ¿será que en el lugar encontraron un ave incinerada? ¿será que el pelícano como la Telesita de Santiago del Estero se incendió bailando chacareras? ¿Será que vivía allí un pirómano que les prendía fuego a los pobres pelícanos?, o, “Yacaré moto”, ¿andaba por allí un caimán rengo? ¿Fue la venganza de un lugareño que mutiló al bicho por haberle fagocitado un ternero? ¿O de las palometas del Teuco a las cuales depreda? ¿Vivió alguien cojo que apodaban Yacaré?.
“En un río muy grande, en un país desierto donde nunca había estado el hombre, vivían muchos yacarés. Eran más de cien o más de mil. Comían pescados, bichos que iban a tomar agua al río, pero sobre todo pescados. Dormían la siesta en la arena de la orilla, y a veces jugaban sobre el agua cuando había noches de luna…”
La guerra de los yacarés (cuento infantil) Horacio Quiroga
Yendo al punto lo que tiene importancia para la noticia es que allí hubo un enfrentamiento a eso de las seis de la tarde del 11 de Octubre del 2014 entre una mujer de un puesto cercano y un policía retirado que estaba construyendo el suyo en el lugar.
Que las tierras sean de nadie, no estén escrituradas, no tengan carteles de no pasar, ha sido siempre motivo de violencia entre los chaqueños.
La mujer, Rosa Martinez (43), y el hombre, Albino Frías (68) cruzaron denuncias. Los dos presentaban lesiones.
La versión femenina era que campeando animales se había encontrado con Frías, un supuesto usurpador de sus tierras, y que éste le pegó con un látigo y una fusta y peor que peor, le largó los perros.
La versión masculina, que estaba haciendo una pared de barro en el esqueleto de palos de una pieza, con otros lugareños que lo ayudaban, y estando sentados con ellos vino intempestivamente la Martinez garroteandolo en el hombro, portando además un machete y una pistola, gritando que los iba a degollar si no se mandaban mudar. Por si no habían entendido correctamente, hizo un tiro al aire y hubo una desbandada general tras apearse cada cual a su caballo. Los perros, no solo no la atacaron, sino que fueron los primeros en correr al monte.
Con una causa de lesiones leves para él y de lesiones leves y amenazas para ella, victima y victimario (el orden de los factores no altera el producto dado el asunto) se vieron las caras hoy 3 de Octubre, a cuatro años del episodio, en la Sala I de Juicio a cargo de Edgardo Laurenci. Ofició de fiscal Alda Murúa y defensores Raúl Molina y Jorge Palacios.
Trajeron a todos los chaqueños que estaban en Yacaré moto aquel día. Tenían, además, las pericias de las lesiones recíprocas. Todos dijeron lo mismo que la mujer atacó al hombre mayor. La fiscal no le creyó a ninguno y con un tufillo a solidaridad de género pidió condena para Frías y no sostuvo la acusación para la imputada. A Frías le dieron un mes de prisión en suspenso y reglas de conducta por dos años por un hecho que sucedió hace cuatro. Solo que cuenten a partir de la sentencia. Nadie lo planteó pero hay que ver si los delitos no están prescriptos. ¿Vale tarde o vale nunca?.
¡YACARÉ MOTO!. No, si habían sido buenazos en el Chaco para ponerle nombre a sus parajes.