“ El pardo Illa vuelve a pensar que Lozano juega mucho con las palabras, que en una de esas se va a bandear del todo, que todo se va a ir al diablo…”
Satarsa Julio Cortazar

Lamentablemente al chico Juan Roberto Wayar (20) le pasó para el 21 de Septiembre hace dos años lo que ya pasó tantas veces y todos tememos nos suceda cualquier día de estos orillando una esquina de piperos, esas runflas de seres humanos que se comportan como fieras salvales, que te maten por dos pesos o el equivalente a dos pacos y un cartón de vino.

Fue en el peligroso barrio Palmeras de la Colonia y no fue que un trío de drogados lo acuchillo por dos pesos sino POR VEINTE PESOS que llevaba en la mochila y no les importó que fuera con su mujercita embarazada de siete meses ni que ella hubiera compartido escuela con el asesino.

Gabriel Fernando Romero (19) alias “Gabi” quería la bolsa en la que también estaba el celular de Juan que le fue a dejar a una prima antes de perderse en el monte con sus cómplices, a saber Luis Fernando Maraz (22) y Alexis Leonel Alvarez (21).

En el Juicio que comenzó el 25 de Septiembre pasado Romero, menor de edad en el momento que cometió el asesinato, aterrizó con una historia de jardín de infantes donde trató de matar al muerto por segunda vez, achacándole que él había sido el agredido y que como le pegaba se tapó la cara pobrecito y hete aquí que se le vino a caer un cuchillo del cielo que por supuesto no sabía qué era pero que usó para defenderse metiéndoselo en el corazón.

Su declaración fue tan hija de puta e indignante como el acto cruel por el que estaba sentado en el banquillo. Estrategia para plantear legítima defensa con su defensora particular.

Romero es hermano del Coca Romero de la banda del Pichi Costas cuando mataron de un tiro en la cabeza a un trabajador originario que volvía de las fincas, hermano también del Coqui Romero fusilado en el 2015 por finqueros bolivianos luego que los asaltara por quincuagésima vez junto a su prima Vanesa Rivero cuyo hermano mató a cuchillazos al Pinocho Andrés en Junio de este año en el ingreso a los asentamientos Nueva Esperanza que debería llamarse en realidad Nueva Palmeras por la fenomenal migración de los últimos años.

Luego de los alegatos Gabi Romero quiso hablar antes que los Jueces decidieran su suerte. Tiró a la mierda el esfuerzo de su abogada en ponerlo como victima. Dijo que pedía perdón a la familia del muchacho y a todos por el daño que causó y que estoy muy arrepentido de lo que hice. ¿Arrepentido de qué?. ¿No era que se había defendido?.

El tribunal lo declaró responsable y penó con 15 años de prisión a sus amigos en carácter de coautores.

Nos imaginamos que al asesino le impondrán una pena ejemplar. No tiene nombre lo que hizo.