“Para dejar consignada tal anécdota, trazo estas líneas sin meterme a calificarla. Al cabo. si es absurda, vivimos bajo el pleno reinado de lo absurdo…”
Lanchitas José María Roa Bárcena

Una denuncia radicada en la Comisaría 20 el 10 de Octubre arrima a la Justicia un episodio descripto en el Código Penal como robo calificado por el uso de arma, en despoblado y banda. Un hombre es abordado por un grupo organizado y armado en medio del monte quienes lo hieren de un escopetazo y se llevan sus bienes.

Ahondando el tema la victima o denunciante resulta un bagayero que trasladaba por medio del monte elementos electrónicos de contrabando justo por el desactivado paso detrás del 28 y cerca del río Pescado. Y que los victimarios son una patrulla de gendarmería nacional que lo intercepta.

Que el bagayero de nombre Mauricio Alejandro Subelza (23) de Aguas Blancas, se agacha para abrir la lona y recibe en su rodilla izquierda un cuetazo de balas de goma por parte de un grandote uniformado. En el momento que otro llama al Puesto informando la novedad. Dice que se llevan la carga y que tiene dos mujeres testigos del hecho.

Caratulan “lesiones”. Menos de lo que parecía. Inserto en el cambalachismo de frontera donde ya no se sabe qué es ley y que no és y quién es el bueno o el malo o si hay alguien que manda en el incesante negocio.