Un ruido
Cavan una fosa
Detrás de las camelias.

Haiku (poesía Japonesa) Kakimoto Tae

Me llamo Masuyo. Vivo en Tokio, la ciudad más segura del mundo. Hoy voy a ir a Harajuku a comprar algo de ropa. Iré derecho por la Yanaka, o por la Jingumae, o por la Shimokitazawa, lo mismo da, nadie me va a asaltar ni encontraré mi casa saqueada al regreso. Eso no pasa.

Me llamo Pomelo. Vivo en Orán, Salta, igual que Tokio pero todo lo contrario. Voy a ir al mercado a comprar seis papas si me alcanza, sino cinco. Por la Alvarado. Caminaré con mi culo (Mikulo es un apellido japonés) en la mano por miedo a que unos motochorros me manden al hospital agujereado o al volver encuentre mi casa arrasada. Eso pasa.

Los investigadores de la Policía conectan una serie de robos ocurridos estos días a viejos prófugos activados con el año nuevo vida nueva. Choros de raza que los meten y los largan con una consideración que ellos no tienen con sus victimas. El 1 de Enero cuatro tipos en dos motos le sacaron 350.000 pesos a un vendedor de cuetes con el terror de tirotearle la pared en calle Chaco. El Viernes 11, los mismos (si es que, como sospecha la Policía por el modus operandi, sean los mismos) apretaron a balazos a un comerciante de caramelos con puesto en Aguas Blancas entrando por el pasaje Uspallata a metros de la Laprida en el Patrón Costas. Otra vez cuatro motorizados (dos asaltantes y dos campanas) se llevaron 400.000 pesos no sin antes dejarle un plomo en el tobillo a la victima que entraba a su casa con la mujer y su hijita de 12 años. “Entradera” titularon las radios. La versión de la cantidad de disparos iba de dos a una docena.

A la nochecita otra comerciante de Aeroparque sufrió que le esquilmaran 100.000 pesos en el rato que salió y volvió a su domicilio. Si eran los mismos de Chaco y Uspallata se habían cebado con sus propios éxitos. Además de sobrarles datos.

Hay un detenido y dos prófugos. Son del Mitre. El “Lilo” Enzo Carlos Flores (20) es el sospechoso capturado, los socios quedan bajo reserva no sea que publicando sus nombres les demos una mano. En diez días se hicieron millonarios. Si es por eso van a pasar desapercibidos. Hay demasiados en Orán guitudos y con camioneta de la mañana a la noche.
Para ser Tokio nos falta mucho. Voto a Mikulo.