“Un monstruo que, aunque invisible, se posaba — pesado, hosco, mudo — sobre la ciudad…”
El perro amaestrado Juan Emar
Una mujer de barrio Taranto fue condenada a siete años de reclusión por reincidencia en vender droga. Ya había estado presa hace unas temporadas y decían que con domiciliaria y una consigna policial en la puerta seguía vendiendo. Después mediante un arreglo por el cual el marido se hacía cargo del delito logró la libertad.
Con filmaciones y cruces de compradores Drogas peligrosas no le perdió pisada. “Me vendió la negra” repetían los piperos. La allanaron el dos de Junio del año pasado secuestrando un cuarto kilo de pasta base de cocaína acondicionado para la venta en pipas o pacos. Martina Isabel “Negra” Galarza dijo en su defensa que las vendedoras eran sus hijas adictas que ella era inocente.
La juzgaron junto a Paola Estefanía Benitez (32) su doméstica quien limpiaba consumía y vendía a cuenta de su patrona. A Benitez le dieron tres años en suspenso por tenencia. Tres audiencias consumió el debate a cargo del Juez Aldo Primucci.