“El fiscal dijo más tarde en el juicio oral que aquello había sido un trágico error…”
El panadero Ferdinand von Schirach
Las industrias poderosas en Orán no pagan impuestos. La economía se mueve hoy menos por la agricultura que por el trafico falopero, el contrabando y el robo de motos con su anexo venta en el exterior. El Estado o los empleados públicos que ponen la cara promocionan acciones de combate poco eficientes si pensamos que los “males” lejos de ser eliminados, crecen.
A fines de Julio en una serie de allanamientos policiales se detuvieron diez personas con secuestro de seis motos un motor y un tambor de encendido de procedencia inválida. Decían haber cancelado tres bandas que operaban robando y exportando motocicletas a Bolivia. A un bagayero de 40 años que hacía viajes a la frontera, Julio César Correa, lo acusaron de transportar los vehículos para la banda del Boga Camacho un tipo con antecedentes de motochorro.
A siete meses bajo la figura no excarcelable de asociación ilícita sigue preso.
Su mamá, Herminia Ovando, convencida de su inocencia, vive un calvario. Ya no sabe en qué ventanilla preguntar ni a cuál abogado creerle inmersa en un mundo inhóspito. Le pasa a mucha gente. Mientras tanto el negocio del robo de motos sigue viento en popa.