“Después oí chistidos y pasos que se alejaron…”
El cocodrilo   Felisberto Fernandez
Hace un par de meses los muchachos de homicidios se mudaron a una casa adaptada al lado de la Fiscalía de delitos sexuales sobre la Lamadrid. Vamos, a cincuenta metros de donde estaban, tampoco se fueron a la Cochinchina. Tienen al fondo un patiecito para rondas de reconocimiento.

Lo usaron la mañana del Jueves 25 poniendo en la vidriera al detenido por la muerte del Papu Antonio (16) ocurrida hace cinco meses en barrio Estación. Todavía caliente el recuerdo de la balacera que dejó un muerto y dos heridos.

El “Negro” Rubén Alberto Guzmán (39) ya fue indicado por el Face como el autor de los disparos. Respondía a las pedradas de la changada contra la casa de su suegro al que tenían de punto para robarle. Reconocer al ya reconocido era una crónica con final anunciado.

El trámite se abrocha al expediente como prueba y sigue su ruta al Juicio oral y público. No hay cristales reflectivos o de visión unilateral como en las películas, los testigos miran por un agujerito abierto en un vidrio empapelado.