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POLICÍA BALEA AL “CARA HACHADA” REPELIENDO ATAQUE DE CÓMPLICE CON EL QUE SALÍA DE ROBAR UNA CASA

POLICÍA BALEA AL “CARA HACHADA” REPELIENDO ATAQUE DE CÓMPLICE CON EL QUE SALÍA DE ROBAR UNA CASA

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Los ladrones de casas no son actores sociales muy reputados. En general son más que todo REPUTEADOS. Carecen de la distinción y elegancia, ponele, de un guante blanco, de uno de esos que ponen la oreja en la Caja fuerte y van adivinando los números de la combinación, de un exquisito que roba joyas o piezas arqueológicas para venderlas en museos, son rateros, saqueadores, que más es la impotencia dolorosa que causan que lo que ganan. En muchos barrios estos especímenes viven al lado de Policías que tampoco ganan mucho.

“El aprendizaje de ratero tiene esta ventaja: darle sangre fría a uno, que es lo más
necesario para el oficio. Además, la práctica del peligro contribuye a formarnos
hábitos de prudencia…”
A sangre fría       Roberto Arlt

Pasa por ejemplo en los terrenos enfrentados a la ruta 50 detrás de Estación y el Patrón Costas, loteos y asentamientos que de sur a norte se llaman San Expedito, Chanchorra y Vialidad. El segundo día de Agosto a las cuatro y media de la tarde un sargento ayudante que vive allí fue alertado por otro vecino que había unos tipos sospechosos en lo de un colega del 911 a dos casas de la suya. Carlos S, con la experiencia de años en la Brigada y luego en el DSU, trasladado hace unos meses a Los Naranjos por unos puteríos internos, sale y mira.

Frente a lo de Javier, su colega, dos changos en moto se hacen de arreglar las ruedas. Les pregunta qué hacen. Nada, nada, contestan nerviosos. El suboficial llama al 911 porque está seguro que en efecto no están haciendo NADA, nada bueno. Es ahí, según su relato, que cuatro tipos con buzo y capucha salen de la casa. A la voz de ALTO se desbandan para el lado de Estación ganando la ciclovía anterior y paralela a la ruta. Reconoce a uno, el conocido “Pipi”. Uno de sus cómplices en fuga saca una pistola chiquita y le hace dos tiros. El suboficial saca la reglamentaria que lleva en la cintura y devuelve los dos balazos. Asegura que tiró al vacío, piensa que pudo ser un rebote, lo cierto que uno de los ladrones cae. Tiene un plomo en el glúteo. “¿Por qué me mataste?” le grita al efectivo.
Intenta levantarse y escapar pero los vecinos que con los ruidos han salido lo retienen. Aunque, algunos, también, lo quieren defender y recriminan al Policía. El herido es Raúl Eduardo “Cara Hachada” Lezcano (33) un canero eterno que ha pasado buena parte de la vida en la cárcel por robos y otros delitos. Van a presentarse denuncias que su banda de saqueadores se ha hecho esa tarde con bolsos de ropa nueva en una vivienda, se han llevado una garrafa de la del Policía y han dejado preparado un minicomponentes y otras cosas embolsadas. Saliendo de apuro al escuchar al Policía en la puerta con sus campanas.


“Cara hachada” fue internado en el hospital con doble custodia. Un vehículo gris con los vidrios polarizados estacionado en la ruta salió a mil al ser abordado por los vecinos. Tenían viva en la memoria haber visto en otros robos que metían los botines en autos que esperaban. El gris fue interceptado en la Sarmiento, iba una pareja, ambos quedaron demorados hasta aclarar su situación. Un detalle menor compromete por no decir condena a Lezcano. Al derrumbarse herido de uno de sus bolsillos se le cayó el control del equipo de audio que habían dejado listo para llevarse. En Orán la vida es difícil tanto para ladrones como para Policías.

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