Desde hace unos cuantos años los accidentes de motos crecen como una bola de nieve en un alud. El fenómeno se agranda dejando una victima tras otra en la pendiente. Muchos siniestros no tienen otro culpable que la desgracia. Los motociclistas simplemente impactan una pared, un árbol, un vehículo estacionado.
Dejamos de lado la conducción y el estado del rodado, en un alto porcentaje, temerarios.

La madrugada del último día de Noviembre en una esquina que el informe del hospital decía era la de Perito Moreno y José Hernandez, que en la Comisaría 25 tenían por Fray Luis Beltrán y Eduardo Arias y que los vecinos nos indicaron fue en la Beltrán y Hernandez, chocó una moto comandada por Luis Fernando Choque (19) contra un camión estacionado. No hubo siquiera registro de criminalística pero si el recuerdo de la pandemia reciente de motoqueros estrolados contra camiones en la Esquiú con una chiquilina muerta. Al día siguiente Choque fue derivado a Salta con un cuadro gravísimo.

A una semana, para el día de su cumpleaños el Sábado 8, estaba con muerte cerebral. El Domingo falleció. Donó sus órganos. Lo velaron en el 17 de Octubre. Había egresado del Bspa el año pasado.

“Dejó un pedazo de vida y se marchó…” como dice en una parte, la letra de Naranjo en flor de Homero Expósito.