A nadie le gusta que lo llamen burro. Al buen animal le ha quedado fama de la época de los griegos de terco, estúpido e ignorante, adjetivos que le caben a muchos de la especie humana con cerebro de kilo y medio. La expresión un poco malsonante “cogitatio” no es una cogida en el patio sino un “razonamiento de burro” en latín. Habrá que sincerarse que el mal ha calado hondo y que esa manera de razonar es pública y notoria. Ese que escribe la Fuera de la ley es un burro, y aquel político ni te digo, y ese médico es recontraburro, por no hablar del electricista que me tenía que cambiar un enchufe y casi me incendia la casa. No es nuevo que los hombres se conviertan en burros, hace unos 18 siglos un tal Lucio Apuleyo, como anda don Apuleyo, escribía el “Asno de oro” un ser humano que se transformaba en el animal. Los premios Asno de oro paralelos a los San Ramón no es mala idea. En los primeros podríamos figurar.
“Cójanme al burro y pónganle los aperos de los bueyes,
que mañana tengo que entregar 500 panelas, andando”
Burro revolucionario tradición oral española
Momentito, de ahí a decir que en Orán somos todos burros, eso no. Los habemos. Cierto que la mayoría es la que se jacta de una enorme virilidad, propia del burro, tanto así como de su capacidad laboral, hoy trabajé como un burro/a. Amar y producir no son malas virtudes. Aceptaríamos en ese sentido que nos traten de burros. Brutos e indoctos pero a la hora de los bollos, los mejores. Comete esa mandarina. ¡Burro!!.
El otro día encontramos un burro en la plaza. Era la plaza de los jóvenes, sería un burro adolescente. Nos miró con esos enormes ojos melancólicos y aborricados. Esta vida de marginal no es vida hermano. Nos echan de todos lados, no nos quieren y de yapa nos persigue la Cana. Yo vengo de Platero y yo, de ser áspero y suave, de llevar al niñito Jesús ¿entendés?. Le dijimos que sí como a los locos pensando que no entender a un burro era caer demasiado bajo. Mirá allá, por la Sarmiento, esos bicipolicías persiguiendo a mis primos hermanos los yobacas. Te lo dije.
Si no es por el aspecto exterior en estos tiempos es fácil ocultar nuestra interioridad de burro. Con un par de frases leídas en Internet pasamos por cultos y refinados. Damos cátedra. Si es para rebuznar y dar patadas tenemos las redes. No somos burros pero de burros y burradas podemos escribir un libro. Será que le cambiaron el bicho a nuestro fundador Ramón Garcia de León y Pizarro y era de Burro y Pizarro. Puede ser. La represión de équidos ha sido noticia policial estos días. Tenía razón el de la plaza de los jóvenes. Fueron capturados y puestos a disposición del Fiscal de turno. Como delincuentes. Escondete burro. De la cruza de caballo con burro sale la mula. Esas también, tenemos muchas cruzando la frontera.
