“Yo caí en la droga a los 18 años. Mentiría si digo que por ese entonces tenía algún problema familiar complicado, o sensaciones de disconformidad o rebeldía…”
Testimonios 1     Roberto Fontanarrosa

Para Abril del 2017 la ciudad no ganaba para sustos. Orán sufría una racha de asesinatos de mujeres muy jovencitas. En Marzo había sido la Cintia Rodriguez (17) en la finca Granados y en el mes Camila Rodriguez (15) frente a barrio Caballito. Las dos recibieron puntazos en el cuello y las dos fueron asesinadas por otras chicas. Los celos signaron el primer crimen, la droga y la vagancia el segundo.

No iba a terminar Marzo sin otra barbaridad promovida por la droga. En barrio Independencia un pipero se deliró con la señora que atendía una despensa y entró por atrás cuchillo en mano la violó salvajemente por todas las vías y le robó una computadora el celular y dos mil pesos.

El inmundo paraba en un aguantadero de la vuelta. No se le debe haber pasado por su psique achicharrada que iban a reconocerlo.

La Brigada lo buscó en las casas de familiares que invariablemente lo habían corrido por su adicción. Dejarlo pasar era que les robara algo. El “chaqueño” Claudio Fernando Eisaguirre (25) estaba desquiciado. Capturado un tiempo después llegó ayer Lunes a juicio oral y público bajo cargos de abuso sexual con acceso carnal y robo calificado ambos agravados por uso de arma.

En la Sala I dirigió Aldo Primucci. Las partes llegaron a un acuerdo de juicio abreviado.

Nueve años de prisión fue la condena que aceptó Eisaguirre a más de confesar la autoría imperdonable de los ilícitos. La victima, todavía muy afectada y asustada por aquella experiencia horrible, estuvo de acuerdo con la pena.