“-Yo me voy, señor -me dijo-. Ni por mi situación ni por mi edad estoy en estado de permanecer más en su compañía…”
Una noche de Edén   Horacio Quiroga
Cada audiencia del Juicio oral y público que se sigue contra los presuntos asesinos de Juan “el loco” Parada a sus setenta y cuatro años el hombre mayor muerto de varias puñaladas en el cuarto de su casa de Yrigoyen, convoca en las puertas de tribunales a familiares y amigos tanto de la victima como de los imputados.

El ingreso a la Sala I está restringido por cuestiones de distanciamiento ya que los acusados Alvaro “Tuerto” Cuellar (27) y Leonardo “Pingüino” Vasquez (25) ocupan una fila de banquetas normalmente sitial del público, separados de las mujeres Rosario Franco (21) y Tatiana “Alondra” Valdez (18) sentadas al lado de sus defensores.

La sesión de la fecha en la que se tomó testimonio a tres personas no arrojó novedades relevantes. Una vecina dijo que vió que entraban chicas a la casa del hombrecito, que una vez unas salieron arreglándose el corpiño y que don Parada cuando se machaba dejaba la puerta abierta. No sabía quienes eran las visitantes y no conocía a las acusadas.

La tía de Vasquez se abstuvo de declarar usando su derecho por ser familiar directo. Si lo hizo un tatuador de Orán que estuvo con la Franco en una juntada posterior al crimen. La historia despide el aire enrarecido del alcohol la droga la adicción la vagancia la calle y la prostitución como forma de solventar esa vida.

El abuelo viudo asesinado era un cliente de las chicas y una oportunidad de rapiña para sus amigotes. A la salida hubo insultos sobre todo a la menor Alondra, hasta ahora, junto con Cuellar, la más comprometida en el desastre.

Le gritaron asesina a ella e intercambiaron epítetos con la madre que la daba ánimos al salir. El debate va a continuar el Miércoles dos de diciembre a las once. Se espera que en la semana se dicte sentencia.