“Un chirrido de los cerrojos de la cárcel y de sus ferradas puertas resonó en la plaza: un preso es introducido a sus calabozos…”
Rosa José Lastarria
La Caldera del Diablo fue una serie muy exitosa por los 60 del siglo pasado. Contaba los dramas y conflictos terribles y subterráneos bullendo tras la fachada de un pueblo apacible: Peyton Place.
La Cárcel es la Caldera del Diablo. Es Peyton Place. Por más tranquila que parezca adentro es un infierno de tipos encorsetados traumatizados desesperados inmovilizados coartados anestesiados achanchados enfurecidos. Sean los inocentes injustamente condenados o los culpables con justa pena.
Con un régimen de obligaciones para congregaciones de adictos, vagos y ladrones que les debe resultar insoportable. En la Unidad carcelaria 3 la semana de las fiestas patronales no empezó bien.
La noche del Viernes 23 el “Pepi” Sánson David Israel Araujo (32) recibió tres puntazos en la pierna por parte de su compañero de celda, otro homicida, el “Satanás” Maximiliano Inclán (24) que le metió poniendole una colcha encima. Araujo es un interno de pésima conducta que ya fue mandado al hospital garroteado por sus compañeros en Diciembre. Todavía está en el hospital.
El Martes 27 en una requisa del pabellón B de la planta alta, en la celda 2, un preso se negaba a darse vuelta, aguantaba con la cara apretada como abrazado a un rencor y sudaba a mares. Puesto de grupas pudo notarse que tenía (metido en el orto está buenísimo pero seríamos incapaces de escribirlo por las reglas de etiqueta y buenas costumbres de las que hace gala este pasquín virtual), tenía introducido en la cola (en el recto no sería inconveniente) un Nokia 1100 que siendo como es un celular pedorro se hallaba en el sitio adecuado aunque prohibido. Imaginamos a los guardias con guantes de látex extrayendo el objeto. “Te está sonando el culo macho” pudieron haberle dicho de no ser por la requisa.
La cosa no había terminado. En la celda 3 secuestraban un cargador hechizo de celular que era un cable que salía del DVD. ¿Y el celular?. En Sanidad lo descubrieron. Estaba embuído ni que fuera un taco fisher en el cavernoso trasero de un segundo interno. Peyton Place.