“…Como si fueras el toro con las mayores cucardas de este año en la Rural y yo cada una de las vacas que se tiene que montar tu destino semental para darle mayor gloria a nuestro ser nacional…”
Le viste la cara a Dios Gabriela Cabezón Cámara
Las cosas no vienen bien para el concejal Chuli Rodriguez (29), ni en la política, en la que está arrimado, ni en la Justicia penal en la que espera su destino en una celda de la comisaría 20 acusado de violación. Comparte infortunio con otros 76 presos alojados en las dos plantas de pajarera de la sede.
Todos saben que una amiga (así se autotitula ella en la denuncia) de 22 años con la que salió la madrugada del primer Domingo de Febrero de la Tropi dijo que la trasladaron junto a un tercer hombre en una camioneta hasta cerca del hotel Caribe y de estar todo bien y todos borrachos se puso todo mal cuando Rodriguez no acató la luz roja de su negativa y arremetió penetrándola a la fuerza. El desacato convertía el amor en crimen.
A las seis horas la médica del CIF Ayala Montenegro certificaba en el cuerpo de la chica lesiones propias de un forzamiento. Al tercero presente en el abuso, el gendarme Claudio Sanchez hijo del chofer del San Antonio que tuvo aquel terrible accidente en el día del estudiante del 2015 con siete muertos y varios mutilados en la ruta 50 cuando lo chocó un remisero machado que volvía de festejar su cumpleaños, no le reprochó una participación activa sino contemplativa, lo que para la Justicia es complicidad, a más de ser el dueño del vehículo sin el cual el delito no se habría consumado. Su defensa, a pesar de no declarar, es que estaba dormido de borracho. Es curioso teniendo la llaga viva en la familia de lo que puede llegar a provocar el alcohol.
La del concejal, adelantada por la redes, es que a la hora del abuso estaba en otro lado con otra mujer que lo llamó a la salida del boliche, que iba probar que no concordaban horario lugar y modo. Tiene unos mensajes de texto de la susodicha segunda mujer que le dice le va a dejar la puerta abierta.
Más allá del uso político de la oposición que busca llenar de agua su molino y la aparición de petardistas profesionales que por cinco pesos y una cámara de televisión venden su alma al diablo, la Causa ya ratificada este Viernes en sede judicial por la victima, se definiría con los estudios comparativos de ADN que de ser positivos derrumbarían cualquier hipótesis de yo no fui esto me lo armaron para perjudicarme.
Por supuesto como todos los conflictos posmodernos el asunto en la calle es un partido de fútbol. Están los que juegan a favor de la inocencia contra los que patean para el lado de la culpabilidad, estos últimos van ganando hasta el momento aunque “todavía falta mucho para la finalización del encuentro”.
Avasallar el no de una mujer te puede llevar a la B. En este caso a la cárcel. Da lo mismo que seas cura, colchonero, rey de bastos, caradura o polizón. O concejal.