Los innumerables casos de ladrones disfrazados de policías tuvieron siempre dos alternativas de abordaje. Suponer que en efecto eran mascaritas de carnaval, o, que, NO ESTABAN DISFRAZADOS. El prejuicio orientaba la investigación hacia afuera o hacia adentro. En las últimas semanas arreciaron en la ciudad robos con la vieja treta de araca que viene la Cana. Tipos con armas y chalecos Policiales que pelaban victimas preclasificadas. Usando el flujo de datos que recorre el malandraje de los que tienen guita en los colchones, que sacaron un Bingo o que hicieron negocios flojos de leyes con lonas, lunas o lanas. La Brigada, tras una “exhaustiva investigación”, concluía que eran los mismos de desde hace lustros acusan cada vez que hay un robo. El plantel muleto al que se recurre para apaciguar la rabia de la inseguridad de la gente. El método de los informantes se ha convertido en un matrimonio de viejos desilusionados de la vida que para ahorrarse problemas se mienten lo que ya saben que el otro quiere escuchar.
Un viejo informante era el jefe de la organización de simuladores atracadores. Era la banda del “Hormiga”, apodo de Sebastián Bernabé Mendoza (36), un hombre del Balut contactado con el hampa vernácula más charlatán que otra cosa, que un día juega para un lado y al siguiente para el otro, detenido un par de veces, pasando de colaborador a sospechoso tiempo completo. Contra suyo y de sus presuntos socios la Justicia expidió una orden para allanar varios domicilios el 4 y 5 de Septiembre. El Juez de garantías uno era cauto y preciso. Si encontraban armas de fuego, indumentaria de cualquier fuerza de seguridad, pasamontañas u objetos como esposas, precintos o correaje, estaban autorizados a detener a Mendoza, a los conocidos “Chaqueños” Albornoz o Illesca (ambos convictos), a un tal “Tucu”, “Quico” y Salvatierra. El fracaso fue total. Secuestraron un aire comprimido, uno de los esos conjuntos camuflados de Bolivia que usan los pescadores y unos portabalas de plástico sin balas. La Policía, por desinformación o por política, habló de siete detenidos. No los hubo, si bien los trasladaron a tribunales, salieron de inmediato porque no se los imputó de nada. No se halló evidencia para acusarlos.
“El Policía paseó la mirada de uno a otro, intentando decidir a cual aporrear. Los dos parecían culpables; no había elección posible…”
Empieza el calor Chester Himes
De lo del Hormiga sacaron una moto con los números posiblemente adulterados y pasó a la Justicia Federal para que definieran su situación. Fue indagado el 6 por el Juez Federal de Tartagal reemplazante de Montoya en Orán y conminó a la Fiscalía si lo acusa de algo o no. Hoy, 7, lo liberaron. Él dice que el vehículo se lo dejaron parte de pago de una carga de hojas de coca. En la Justicia de la provincia no quedó requerido. Caída la teoría de la terrible banda de la Hormiga Atómica, como en tren de broma la bautizaron, ya tienen otra de conocidos de siempre para allanar. Tendrán que documentar bien la sospecha para evitar otro papelón.