“Sapo de la noche sapo cancionero
que vives soñando junto a tu laguna…”
Sapo cancionero Alejandro Flores/ Nicolás Toledo

Mi querido borriquillo, ignorante e innoble bruto de Fuera de la ley, ¿podríais explicar por qué en una nota escribisteis sapitos con ese y en la siguiente zapitos con zeta?. Se lo explicaré mi saludable insultante. Ambas palabras son correctas, con zeta un poco más castiza pero desde el punto de vista semántico interesante por su relación con zapato o calzado, ambos con zeta. Sapito es un diminutivo de sapo que como todos saben es un animal o un príncipe que ha sufrido un hechizo. Si usted quiere derivar la palabra de la figura sapoforme de esos suecos plásticos con agujeros se topará con la zeta en el aumentativo, pongamos por caso un sapito del 45 es un sapazo.

Finalmente a los sapos no los traga nadie y las damas que les dan besos en la boca para recuperar príncipes vienen escaseando, en cambio los zapitos son el furor del contrabando, todos los quieren, se venden por millones y ya, con el volumen que se trafica en la frontera, no se sabe si conviene a los narcóticos. Sobre la prohibición del ingreso masivo de zapitos un estudio de la Universidad de Caledonia banda sur sobre el paw smell (olor a pata) revela las graves consecuencias para el medio ambiente y la salud pública del uso prolongado de estos adminículos pédicos y considera que deberían ser prohibidos. Que se te pudran los pies te altera la conciencia hermano, como la marihuana, la cocaína y la pasta base y mejor no hablemos de pasta base en relación a las patas porque se nos ocurren unas cosas inmundas. Che viejo, traeme unos zapitos o sapitos de Bermejo. Ni loco, ¡mirá si me agarran!.

Para fin del año un robo de siete lonas de zapitos valuados en 70.000 pesos sigue con uno preso a pesar de haber recuperado la victima todos sus calzados. A un bagallero del barrio San Francisco se le metieron una noche saltando la tapia y rompiendo el candado del portón donde atesoraba los bultos de oro en polvo y se los llevaron. Un vecino que volvía del trabajo observó la maniobra, vió una camioneta, y llamó al 911. Pescaron a uno que se quedó varado, a pata. El tipo, de 23 años, mudo.

Resultó que la camioneta era un flete manejado por un chico discapacitado de barrio Mitre que se presentó en la Policía a denunciar que no le habían pagado el viaje los de la zapobanda. “Rajá la puta que te parió” lo amenazaron. Habló del Nano, un caco de tiempo completo, y otros, y permitió que de los asentamientos del 17 de Octubre secuestraran las lonas. En la AP 1245/18 figura el detenido acusado de robo en poblado y banda. Ya que estamos, calificado por tratarse de zapitos.

Es la nueva droga, un alucinógeno, olés un zapito usado y caés desmayado. No sabés el trip que mandé con uno, metí la nariz en todos los agujeros, me re flashié. Es mejor que el Paco. Te los ponés una semana, los traspiras bien y después les pegas una olida, chau, te vuela la cabeza.