“Todos saben que maté a María Iribarne Hunter. Pero nadie sabe como la conocí, que relaciones hubo exactamente entre nosotros y como fui haciendome la idea de matarla…”
El tunel Ernesto Sábato

Era una deuda que tenía siete años y cinco meses de antigüedad y de impunidad. Desde que el seis de Enero del 2012 en el frente de la casa de la madrina en el barrio San Antonio de Pichanal la Cata Natalia Beatriz Velarde una mamá de 16 años de Dragones era asesinada a tiros por su pareja el Baltucho Baltazar Maza (29) un montaraz venido a albañil del paraje chaqueño El Teniente con quien habían tenido, siendo ella una niña, un hijito de nombre Lázaro. Hacía poco le habían celebrado sus dos añitos en una concurrida fiesta de piñata.

Los había separado el carácter violento del hombre razón por la que ella viajó a instalarse en la madrina. “No quiero seguir” le dijo antes del día fatal que él apareció preguntando por la Nati y ella salió y delante de la hija de la dueña de casa la agarró furioso del pelo se la apoyo en el hombro y de abajo le descerrajó un balazo con una nueve milímetros negra para rematarla con otro cuando cayó en la vereda, balazos en el pecho y el malar a menos de cincuenta centímetros de distancia. Lo vieron tres personas.

Luego lo reconocerían en rueda de presos. Un mensaje desgrabado en el expediente de una hermana al padre a las tres de la tarde del día del crimen consignaba que el Baltucho había salido loco de la casa y se había llevado el arma de su papá. Desapareció años y años hasta que en Julio del 2018 la Policía de Bolivia lo deportó tras haber cumplido una condena allá por robo calificado. Que estaba en Bolivia era la hipótesis de toda la policía, era obvio, las tierras de su familia formaban el entramado laberíntico del narcotráfico, esas rutas indescifrables de la droga. Se había pirado por ahí.

Ahora frente al tribunal completo de la Sala I venía para un perpetua clavada pero no por femicidio (fue la mama de los femicidios solo que en aquel tiempo no existía esa figura) sino por alevosía. Un crimen alevoso es por ejemplo cuando matas a alguien por la espalda o dormido es decir sin darle ninguna chance de defensa y sin riesgo para tu persona (actuar sobre seguro). El defensor objetó la calificación porque Maza asesinó a su pareja delante de otros que pudieron haber intervenido si es que no hubieran quedado paralizados de terror.

Perdido por perdido el femicida intentó una artimaña. Pidió declarar. Mintió que con Natalia tuvo una relación pasajera y que en el 2012 hace rato que habían terminado, que no sabía de quien sería el Lazarito, él nada que ver, ese día había ido a Pichanal a cobrarle a un finquero que le debía. Era su derecho. No le dieron bola.

En menos de media hora tenían el veredicto firmado. Perpetua y costas. Pasó mucho tiempo. Era hora que se hiciera justicia.