“Hemos decidido entrar en este negocio después de un completo estudio de la economía social…”
Las muertes concéntricas Jack London
Decir que vivimos en el mejor lugar del mundo sería exagerar. Es cierto que la solidez del sistema de salud ha permitido que nos vacunen a todos contra el covid en dos días. Es cierto que enviamos los remanentes de Sputnik V a nuestros hermanos del africa subsahariana. Nos llena de orgullo haber creado una tercera dosis made en Orán que nos libra del peligroso virus de los políticos que huyen espantados en sus camionetas ante la cercanía de un inmunizado. Sin embargo, hay que sincerarse, no todo brilla.
El Viernes pasado a las ocho de la noche la gente de Drogas Peligrosas detectó una junta esquinera en la Constituyentes y Mitre que tenía algo muy sospechoso entre manos. Hubo una estampida de salvese quien pueda al pretender identificarlos logrando el arresto de una mujer que ni lerda ni perezosa revoleaba una bolsita con unos caramelillos.
Eran 42 lagrimitas de pasta base léase pacos con un peso bruto de 8.9 gramos. Anabel Beatriz Yurquina de 21 años fue encausada por venta callejera de estupefacientes en la AP 198/21.