“-Parece que el que ha vuelto soy yo…”
Historia de Rosendo Juarez Jorge Luis Borges
En los tiempos de los cowboys la cara dibujada de Julián Alberto Diaz (50) alias “Chaqueño”, alias “Mac Giver”, alias “Rengo Culiao” hubiera estado con el subtítulo de REWARD en las carteleras de los sheriffs. En los noventa fue en Salta y Jujuy el enemigo público número uno.
El bandido más temido y más buscado de la región. Antes de una pirateada del asfalto, de una casa violentada, de un negocio reventado por enmascarados, del robo a un Banco, la Policía ya tenía al jefe de la banda: Mac Giver. En el 2015 los Medios lo ponían como uno de los más buscados de Interpol. Dos años después armaron un tremendo bombo con su detención en Pichanal.
Cumplió el año que le quedaba de una condena vieja y salió. Cargado con una fama a esa altura mitológica seguía liderando sospechosos en las carpetas de los investigadores. Era narco, era bagayero y para despuntar el vicio se mandaba un asaltito de vez en cuando. En Diciembre del 2019 quedó prófugo en los allanamientos de la banda del Cacao Gutierrez. Supuestamente había dirigido el golpe comando millonario a un camionero en Yrigoyen.
Siguiendole los pasos su hijo Oscar Alberto “Cabeza” Diaz se convirtió en uno de los homicidas con mayor cartel de la ciudad luego de asesinar alevosamente al Chapaco Valdez en Junio del año pasado. A los dos se los tragó la tierra. Fiel a su estilo y su fama Mac Giver reapareció.
En medio de una carrera vertiginosa con gendarmería por las calles de Pichanal el primero de febrero a la tarde. Su Renault 19 terminó incrustado en las vías de la estación de tren. Llevaba una bolsa de alimento para perros “Sabrocitos” con tres kilos doscientos ochenta gramos de marihuana.
El Juzgado federal de Tartagal lo imputó de infracción a la ley de estupefacientes en flagrancia. En los antecedentes le saltó el violento asalto a una estación de servicio de Metán asociado con ex policías hace una punta de años. A nivel provincial tiene la captura por asociación ilícita. El secuestro se valuó en unos setecientos cincuenta mil pesos.