“El hombre la apremiaba con sus ojos inquisitivos, con la boca entreabierta…”
Tango   Leónidas Barletta
Las sustancias psicoactivas, del vino a la cocaína, actúan como detonantes en personalidades alteradas. Es prender la mecha de un barril de pólvora. Acentuados tus rasgos violentos y anuladas tus inhibiciones: explotás. Tenes la excusa perfecta de no estar en tus cabales caballito de batalla de alcohólicos y yonquis ante sus barbaridades.

En Diciembre del 2019 una mujer denunciaba que su ex novio la había llevado de prepo a unos yuyarales de Pueyrredón al final, le había roto el corpiño y las calzas, y sin dejar el cuchillo con que la amenazaba, la había penetrado frenéticamente hasta eyacular.

A tres meses de haberse liberado del merquero irascible que la maltrataba psicológica y físicamente el tipo no se daba por enterado. Seguía usándola a la fuerza igual que cuando estaban juntos para liberar sus incontinencias sexuales repentinas.

Ella lo declaró en calidad de victima en el Juicio comenzado hoy por abuso sexual con acceso carnal agravado por uso de arma contra Martín Alberto Vargas (28) de barrio Mitre. Dijo ser bagayero y consumidor de alcohol y pasta base. Solo mantuvo el vicio del cigarro desde que cayó preso por la violación.

Aquel día minimizó el acto brutal que acababa de cometer y por el que su ex lloraba y gritaba con una frase de drogado total: “no es para tanto si no te voy a hacer por el c…”. La sentencia se conocerá mañana.