“Palabras de injuria vibraron en el tropel producido por la lucha…”
Nocturno    Ricardo Güiraldes
Concluyó hoy el último juicio del año. Fue en la sala II donde ocupaba el inquietante sitial de imputado un chango Franco Aucapiña (26) del segundo loteo de la Misión denunciado por su pareja en Octubre del 2018. La chica, novia hacía tres años, dijo que la cacheteó y le pegó una patada además de amenazarla con el prototípico “te voy a cagar matando”.

Aucapiña acaba de terminar la escuela de Policía pero quedó empantanado con la causa. Era por lesiones leves agravadas por relación de pareja y amenazas en concurso real. Su defensora fue la abogada Soledad Rallé que en los alegatos reflexionó sobre las presiones que en este tiempo reciben los Jueces con lo que llaman perspectiva de género, ideología que termina oscureciendo la verdad el objetivo de la justicia.

Tenía su interés que lo dijera una mujer. Analizando las pruebas el hombre presentaba muchas más lesiones que la supuesta victima. Tenía el cuerpo regado de arañazos y escoriaciones y dos tajos en la cabeza producidos por la hebilla de un cinto contra una excoriación en el hombro y un hematoma en el glúteo de su contrincante.

Para la defensa el supuesto victimario era en realidad la victima enredado en la violencia de una relación tóxica que alguna vez lo llevó a intentar denunciar consiguiendo solo que se burlaran de él. “La violencia no tiene género” cerró Rallé antes que el Juez Raúl Lopez fallara absolviendo a su cliente.