“Es bueno tener un poco de suerte; tener demasiada no conviene, y ayudar a la suerte es peligroso…”
Cuento para tahures Rodolfo Walsh
Imagine que va caminando por la calle por un lugar oscuro en plena madrugada. Que ese lugar es la encrucijada entre el segundo y tercer loteo de la Misión San Francisco, el sector de las vías a esa hora librado a patotas de piperos aburridos y borrachos trasnochados. Imagine que lo interceptan dos tipos y le piden con unos modales muy groseros su campera. Los señores blanden un machete y un cuchillo.
Sus opciones no son muchas y las consecuencias de mal pronóstico. Quien esto escribe hubiera salido corriendo a grito pelado luego de entregar temblando la prenda. No fue lo que hizo en las primeras horas de antes de ayer el Ariel Francisco “Franci” Velarde (20) quien, según nos cuenta, rompió una botella y les hizo frente.
Fue una pelea terrible por la que llegó derivado a Orán con cinco puntazos y un machetazo sosteniéndose las tripas que en lenguaje técnico se dice herida de arma blanca con evisceración. Eso sí, salvó su campera. Y, a gatas, su vida. El dúo se llevó lo suyo también. Los conoce pero no va a denunciar. Dice que lo va a arreglar él cuando salga a pesar que con la mamá le dijimos que se deje de joder. En la próxima puede no tener tanta suerte.