Las referencias de fútbol son conocidas por todo el mundo, las de literatura o filosofía, o ciencia, menos. Mucha gente se queda en babia cuando le hablan de Solón o de Einstein, o de Bioy Casares.
Si decís Ramón Diaz aparece de inmediato la figura del jugador de River, luego entrenador. Es tan familiar que dirán “ah sí ¡el negro!”. A muy pocos les vendrá a la cabeza el escritor venezolano Ramón Diaz Sanchez y a nadie un femicida chaqueño prófugo en La Unión de Rivadavia banda sur.
“Y eso te lo hacen saber, no te vayas a olvidar, que ellos te pueden pasar a degüello como a un chancho y filetearte como si fueras jamón…”
Le viste la cara a Dios Gabriela Cabezón Cámara
Ramón Felix Diaz (27) quedó en esa situación ante la Justicia luego de matar de una puñalada la tarde noche del Domingo que Boca y River jugaron el primer partido de la final de la Copa Libertadores, a su cuñada Manuela “Yoni” Garcia (29). El hecho de sangre fue corolario de una pelea familiar que involucró a Manuela y a la hermana Valeria, su mujer. Luego de la estocada letal se perdió en el monte, su hábitat natural de puestero de animales de toda la vida. No sin antes advertirle a Valeria: “LA PRIMERA ERA TU HERMANA LA QUE SIGUE SOS VOS”. Le reclamaba, borracho como una cuba, haber denunciado a su madre.
Estando las hermanas al fondo de su casa justamente llegó la denunciada, con un palo, para agredirlas, “no te hagas problema por esta cajetuda” le gritó a la nuera, él caminó presuroso, sacó de la parte trasera de la cintura su facón de gaucho que era un machete largo con el mango envuelto en goma, y se lo clavó a Manuela. Ya la tenía amenazada. Hacía causa común con la hermana y lo echaba a baldazos cuando llegaba borracho.
La victima, pobrecita, lloraba y gritaba de dolor. Un hermano la llevó al hospital en la moto que quedó toda enchastrada de sangre. En minutos, por una hemorragia masiva, murió.
Una comisión de la gente de homicidios estuvo campeando al montuno en medio de la lluvia, entre las sendas laberínticas que te llenabas de barro hasta las verijas y las ruedas de la camioneta protestaban escupiéndolo en el jabón de los caminos de huella. Estuvieron en Monte Alto, en el puesto de los abuelos a 20 kilómetros del pueblo, con resultado negativo. Lo buscaban en franca desventaja. Extranjeros contra lugareño que puede andar de memoria en el día y en la noche por bosques endiablados y cañadas perdidas. Según dicen lo tuvieron a tiro de lazo el Miércoles en el paraje Paloma pero se escabulló.
El Jueves, a cuatro días del femicidio, iban a capturarlo en la picada la Goma, ya con el abogado Ramón Saldaño, hablado por la familia en Orán, para que lo defendiera. En realidad lo tenían acorralado y entonces pidió que lo llevaran a Rivadavia a entregarse. A mitad camino sus perseguidores lo cruzaron.
Llegó a la Comisaria 20 la madrugada del Viernes y unas horas más tarde estuvo en el Juzgado de Garantías y en la Fiscalía donde se abstuvo de declarar.
Diaz no tiene documento. Supimos que estuvo preso en el destacamento 9 de Julio hace unos años, por robo. Ahora afronta el asesinato de una mujer que puede llegar a tenerlo el resto de sus días en la cárcel.