

“¿No te enseñaron a tocar la puerta, Cucaracha?…”
La historia de mis dientes Valeria Luiselli
La inseguridad es un fenómeno con el que los humanos lidiamos desde las cavernas.
Las casas, los barrios, la ciudad, los países, el mundo, la escenografía actual, no derrotó al miedo por ejemplo que una noche te encuentres un tipo dentro de tu patio.
Eran las cinco de la mañana del 17 de octubre en el Kirchner. Una mujer escucha ruidos. El marido acaba de salir a trabajar. Lo llama histérica. Vuelve. Ve a un chango descolgándose del enrejillado un metro setenta de alto que resguarda su casa. Lo reduce.
La Policía se lo lleva. Se llama Jesús Rosado, tiene 22 años y antecedentes penales por delitos contra la propiedad. Lo acusan de tentativa de hurto calificado y amenazas. No sabés quién soy yo trabajo con los mafiosos de la droga del barrio le ha dicho a la víctima esperando al 911. No ha sacado nada.

Esta semana en la audiencia de prisión preventiva le bajan la figura a violación de domicilio. Lo liberan.
Debe concurrir cada quince días a firmar a la fiscalía, tiene prohibido salir del departamento Orán y por supuesto cometer nuevos delitos. El Juez Oyarzú se lo explicó claramente. Condición sin ecuanon para seguir libre.
