“Más, dice, acelerá más…”
Matar a un perro Samanta Schweblin
En las redes la competencia publicitaria entre los motociclistas policiales que recuperan motos y aquellos a quienes se las roban es perturbadora. Posteos por medio tenes rescates y choreos.
No terminas de alegrarte que te viene el bajón empático con el tipo que le faltaban 23 cuotas, usaba el vehículo para trabajar y llevar a su mamá enferma al médico. No hay estadísticas en la pandemia motochorra.
Un parte de los motoristas de emergencias policiales del 22 de enero asegura que sus efectivos incautaron dieciséis motos robadas en cinco procedimientos.
Comparten cartel con los despojados que ofrecen recompensas por datos sobre sus dos ruedas perdidas.
Algunas pasan rápido del otro lado, otras van a perderse al chaco, otras se desarman por los repuestos y otras ocupan los motochorros para moverse. Un porcentaje retorna a sus legítimos dueños. Buenos y malos van por más.