“¡No podés ser tan pelotudo! grité, llevándome una mano a la frente…”
El Criptorregalo    Cristian Perfumo
Una pareja come papas fritas debajo del primero de los puentes de la autopista en Yrigoyen. De pronto el hombre ve llegar una moto con tres tipos. Está oscuro, son las once de la noche, corre el Lunes 27 de enero año 2020. La chica advierte peligro y tira el celular en la maleza, su novio ya tiene algo puntudo en el cuello. “Dame la moto o aquí todo termina mal” amenazan.

Son dos, se montan en la Honda Wave y escapan. La victima los corre siguiéndolos unas cuadras en una moto cuyo conductor se ha ofrecido a ayudarlo.

Luego le hacen ver que esa moto es la de los chorros.

En las 62 hectáreas ubican al dueño Marcos Gustavo Petronilo Figueroa (35), un maestro mayor de obras asentado de poco tiempo. Es el que lo ha ayudado. En ese momento saltan por los fondos dos espectros. A uno lo pillan a la vuelta y le dan una buena cagada. La Policía recoge maltrecho a quien resulta el hermano de Figueroa, el “Flaco” Marcelo Ezequiel Olivera (30), un adicto tatuador de Orán.

Divisan la moto en la casa lindera. El tercero huye para siempre. Solo saben que se llama Luis y que usa anteojos negros porque le falta un ojo. Los hermanos quedan pegados por robo calificado. El pasado Miércoles 12 de Mayo comienza el Juicio en su contra en Sala II. Olivera declara que no se acuerda nada de borracho y drogado que estaba.

Figueroa que discutió con él y Luis cuando se bajaron a robar, solo habían salido a comprar bebida, por eso trató de ayudar a la victima. Si es cierto aquel paseo puede salirle muy caro.