“Un círculo de cabezas canosas y rostros ceñudos escuchaba con ansiedad…”

Un error judicial     Roberto Arlt

En el departamento las tragedias de fuego con niños victimas son una llaga. El marco es siempre la pobreza y sus problemas concomitantes. Relaciones, casas y trabajos precarios.

Marcó los noventa el caso Apaza el padre condenado de cinco nenitos que murieron abrazados cuando se incendió su rancho. En octubre del 97 perecieron quemados Maximiliano y María Estefanía de cinco y siete años en una casucha de madera de Caballito varios meses después que la madre los abandonara.

En septiembre del 2012 tampoco estaba la madre de Karina, Lucas Manuel y Nico edades siete, cinco y cuatro cuando se incendió su casa del barrio Patrón Costas. El fuego los calcinó refugiados debajo de una mesa. Fue presa la mamá Sandra Aucachi (39) y la abuela Ines Nieves Vasquez (68) que murió de dolor en la cárcel en diciembre del 2014. Acusada de abandono de persona seguida de muerte calificada Aucachi fue absuelta en el Juicio.

El mismo delito le achacan a Mercedes Yolanda Vargas (30) cuya vivienda en el Palmeras de la Colonia se prendió fuego en febrero del 2021 estando ella ausente con el saldo fatal de sus hijitos Melani y Thiago (cuatro y seis).

Está libre. Éste lunes debía comenzar el debate en su contra. La vimos saliendo de la psicóloga el viernes. Se suspendió.

Yolanda es bandera de la izquierda vernácula que asigna la responsabilidad de la muerte de los niñitos al Estado y pide su sobreseimiento.