“…Había matado y robado por principios, valores que le deparaban una cierta ostensible simpatía, como una aborrecible admiración entre el resto miserable de la barra, pendejos que tenían tanta violencia virgen, acumulada…”
La calle de los caballos muertos     Jorge Asis

En las cárceles hay gente estudiando. Perfeccionando sus modos de encarar la vida a costa de otros: sus víctimas. Contrastando datos de perejiles con guita fáciles de afanar. Tildando horarios, rutinas y costados flacos por donde entrarles. Si bien no existe la enciclopedia del ladrón ni la wikipedia de “todo lo que debe saber un buen chorro” los tipos se ilustran en mecánica, cerrajería, balística, cuevas de Alí Babá y esas cosas soñando el golpe perfecto que los vuelva financistas de droga y después Escobares Gavirianos con políticos y banqueros a sus pies. De esa trama salen las gavillas de terroristas como la del cuarteto que el 11 de Enero asaltó a balacera limpia a un comerciante de golosinas que llegaba a su casa del pasaje Uspallata del Patrón Costas. Queriendo o sin querer no mataron a nadie que pudieron ser una mujer y un niño pero le dejaron un plomo en la pantorrilla al comerciante. Se llevaron la bolsa de una recaudación de unos 250.000 pesos. Ni la plata ni los tiros fueron registrados exactos, pero fueron muchos. Se trató de un golpe sucio, de drogados. Una Cámara de seguridad fue el detalle no previsto más estúpido. Además de los testigos presenciales.

La Brigada que conoce a los malevos como si los hubiera parido ubicó a tres en el film. Solo detuvieron a uno en su casa de barrio Mitre. Al Enzo Carlos Flores (28) alias “Lilo”, hijo de Carlos Horacio Flores (59) un hombre preso en el 2011 por la violación de la hijastra que protagonizó una sonada fuga destapando un boquete en la celda del destacamento Mitre a media cuadra. Lilo dijo incoherencias, primero que a la hora del asalto le estaban haciendo un tatuaje, luego que no se acordaba por estar borracho y drogado, dejando entender que podía haber sido. Había un reconocimiento en rueda de presos previsto para este Miércoles 30 que podía salvarlo o condenarlo.

La gente quedó con mucho miedo en la cuadra. Unos pistoleros así, asesinos en potencia, exacerbados, intoxicados, con anteojeras de caballo y sin corazón, son difíciles de digerir actuando con tanta impunidad y desparpajo. Hubo reuniones de vecinos con la plana mayor Policial.

La semana pasada el matrimonio asaltado prestó declaración en sede de la Fiscalía, llorando la mujer a mares, por la experiencia. Hoy por una hendija confirmaron que uno de los chorros era el detenido. Con esa prueba su abogado defensor, adelantó, va a pedir un abreviado de cinco años por robo calificado. Eso si definen la carátula por ese delito sin los agravantes de poblado y banda más tentativa de homicidio que se barajan. Menos de ocho no parece posible el arreglo visto la barbaridad terrorífica que se mandaron enfundándose como enemigos pavorosos de la sociedad. Los otros son conocidos, de la misma zona, pero han desparecido tragados por la tierra. Hay varios que les vieron las caras.