La vida y la muerte jugando su tragicomedia. En el Domingo de Corsos, de alegría, de monigotes de televisión, de Pinturita, de cumbia, de lentejuelas, un mazazo de realidad se metió como un cuña. Dos changos muertos a cuchillazos el mismo día. Llegado de Colonia a las dos y media de la tarde perdía la vida Emanuel “Polaco” Rojas de 24 años y del Jesuitas con tres puntazos en el cuerpo.
Los de homicidios detenían a un sospechoso que ya estuvo preso por el asesinato hasta hoy impune del “Menor” Francisco Mendez (13) del municipal ocurrido en la navidad del 2017. A las cinco el cuerpo de Rojas era trasladado a la morgue judicial para autopsia. Dicen que la madre quedó internada en el hospital abatida por el dolor.
Tres horas más tarde llegaba en una moto de barrio El Milagro Dario Mendoza (23) con dos puñaladas, una en el tórax y otra en la espalda, que resultaron en minutos mortales. Se comentaba que frente a su casa había sido la pelea y él (o uno) de los contrincantes resultó también herido no siendo encontrado por la ambulancia en la placita frente a la playa de bagayeros donde lo reportaron sangrando.
Homicidios trabaja en el caso recién vueltos de Colonia. Son los primeros datos. Terribles, inexorables, contrastantes con la ficción del carnaval.