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VIOLENCIA MARGINAL / COLONIA Y MISIÓN / MUERTO Y MEDIO

VIOLENCIA MARGINAL / COLONIA Y MISIÓN / MUERTO Y MEDIO

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“El polvo quedó suspendido un rato en el aire y enseguida se volvió a depositar sobre todas las cosas. ¿Es un pueblo grande, este?, le pregunté al muchacho. Es un pueblo de mierda, me contestó…”
Asiático      Federico Falco
El foco de la atención pública está puesta en el coronavirus, su matemática de contagios y los muertos que promete vistas las cifras mundiales. Todos los medios compiten por el minuto a minuto angustiante del colapso cuando no haya donde enterrar a los difuntos.

Mientras tanto chicos jóvenes mueren de verdad y de carne y hueso por la violencia en las calles, por la vagancia, por el abandono, las drogas legales e ilegales y la miseria. No hay para eso operativos con trajes espaciales ni conferencias de prensa ni conteos estadísticos. Apenas si la certeza de barrios peligrosos en los que no anda el microbio invisible sino los piperos y patoteros hasta ahora más letales.

La madrugada del Sábado 13 en las orillas del Nueva Esperanza de Colonia, en el sector del centro neurálgico de la cancha de fútbol, caía apuñalado un chico de 18 años que, se dice, había ido a comprar un sandwich. Era Agustín “Negrito” Vasquez de la fraternidad Saya Caporal que por la tardanza de la ambulancia fue llevado por los familiares al hospital llegando ya muerto.

Agregaba su nombre a las victimas de la pandemia de violencia juvenil que azota el lugar desde la migración de asentamiento que lo fundó al norte del municipal cruzando la avenida y el canal. Los del GAP detuvieron a un chico de 16 años como presunto autor.

La misma edad que el que en la Misión San Francisco del Cruce esta madrugada de domingo recibió una profunda estocada con un cuchillo carnicero cuando unos malevos le pidieron dinero y no tenía. Botando sangre se trepó a la moto de una chica que pasaba y se cayó desmayado un trecho adelante siguiendo de largo, aterrada, la conductora sometida al abordaje.

Derivado a Orán el chango pasó por quirófano y quedó en la Guardia al cuidado de una tía. Herida de arma blanca en hemitórax izquierdo le diagnosticaron. En la Misión criminalística secuestraba tirado en la calle el enorme cuchillo y una campera enrojecida de sangre.
No sabemos si el coronavirus matará muchos viejos pero que la marginalidad pipera mata muchos jóvenes es un hecho.

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