“-¡Por todos los santos!-grité yo entonces retorciéndome las manos-…”
El vampiro Horacio Quiroga
En tren de adversidades ya no nos conmueve nada. Sin embargo que tiren de un auto a las cuatro de la tarde a un chico de 23 años baleado en la cabeza en la esquina del hospital nos escandaliza un poco. Nosotros que tenemos la piel curtida de sicarios, de femicidas, de asesinos rasposos por dos pesos, ayer se nos pararon los pelos.
El herido socorrido y llevado a mano alzada hasta la guardia era el Enzo “Polaco” o “Polaquín” Heredia un bagayero del 9 de Julio que ese mediodía habían pasado a buscar de un asado en el 17 de Octubre sus amigos Matías Leandro Yurquina (23) y Fabian Puentes (24) porque tenían una carga de coca para pasar. Todos estaban machados.
Al parecer yendo por la Esquiú y animados con Rivotril Yurquina atacó al Polaco amigo y vecino de toda la vida con una pistola que primero le gatilló sin éxito en la frente y luego le disparó en la parte posterior de la cabeza apretada contra el vidrio. Puentes, supuesto dueño del arma, se sacó de encima al baleado en la Pizarro.
Herida de arma de fuego en región occipital sin orificio de salida, diagnosticaron, con asistencia respiratoria mecánica internado en la UTI estado grave.
Puentes, prófugo, difundida su foto en las redes por familiares y amigos de Heredia escribió a uno, amenazante, que “se han puesto a cirquearse esos dos por qué me escrachan a mí”.
El mundo del bagayo es peligroso, lleno de adversidades.
Yurquina ya fue detenido.
Edith Fabiana Martinez es la mamá del chico baleado. Su temple frente a lo que le toca vivir es conmovedor. Le han dicho que tiene que esperar.