La insignificante ganancia de las drogas ilegales al minoreo no afecta la actividad. Tampoco las sanciones que la reprimen. Muchas, sobre todo mujeres con hijos de sectores humildes, insisten en un currito para el cual no se tienen que mover de la casa.
En septiembre del año pasado en las márgenes del barrio chatarrero detenían con un surtido exiguo de porros y pipas a la “Gabi” o “Luisa” Cristina Luisa Pereyra (40) condenada en el 2015 a cuatro años de prisión por el mismo rebusque. Tener hijos pequeños le permitieron domiciliaria.
En el segundo juicio celebrado hoy en Sala I le volvieron a dar otros cuatro años que seguirá cumpliendo sin cárcel.
Fue declarada reincidente y aceptó su culpa. Pagará el mínimo de la multa. Va siendo hora de cambiar de rubro.