“Esta propiedad no ha sido «levantada» por un principiante…”
El robo del elefante blanco Mark Twain
No podés poner un pie en la calle que ya te afanan la moto. En realidad no necesitás salir a la puerta te la afanan de adentro. No te preguntan si la patentaste, si debés cuotas. si le hiciste el service, se la llevan. Si es choreada mejor, cien años de perdón.
Ahí debe aparecer el señor reducidor que mira el vehículo con pose de crítico de arte, saca un fajo del bolsillo, le pega una escupida y separa los billetes como para que te empaches de pasta base tres días seguidos.
El desapoderamiento puede ser violento. Preguntale a un chango que esperaba a la novia en la esquina de la Tropi sobre su Honda y dos chorros lo desmontaron a patadas y trompadas. Fue la madrugada del 8 de diciembre del 2019. Los ladrones huyeron en su moto con su celular. Seguidos por un móvil policial se hicieron percha frente a la heladería Flavio en la Lopez y Planes.
Imputados de robo calificado en tentativa llegaron a Juicio la segunda semana de agosto con un año y ocho meses de cárcel a cuestas. Habían sido reconocidos por la victima que dijo haber visto un filo mientras lo pisoteaban en el asfalto.
Eduardo David Arenas (19) era menor aquellos días y el “Ema” Emanuel Luis Fernando Sanchez tenía 22. Fueron defendidos por el abogado local Roberto Ortega y el penalista salteño Mario Lopez Escotorín.
Con las audiencias al arma se la llevó el viento, el delito bajó a robo simple y les dieron por cumplida la condena. Se espera que hayan recapacitado en el encierro y se dediquen a otra cosa. En el choreo de motos hay mucha competencia.