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UNA HISTORIA DE MIEDO QUE RESULTA MUY “FAMILIAR”

UNA HISTORIA DE MIEDO QUE RESULTA MUY “FAMILIAR”

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El Familiar del Ingenio ya tiene su sitial entre los monstruos míticos de la humanidad.
Globalizado gracias al ingenio (con minúscula) de escritores y mitógrafos que relatan sus espeluznantes apariciones y su apetito insaciable igual a tantos Diablos de otras culturas que engordan la fortuna de los patrones y engordan ellos mismos a fuerza de fagocitar a sus empleados que son muy proteínicos hasta convertirse en obesos colosales y deformes en versión gaucha con formato perro gigante de color negro.
No se han reportado avistamientos de celestes cerúleos ni rosados pastel hasta el momento.
Es el hombre lobo norteño qué joder.


Simboliza la ambición de los poderosos que a través de pactos gastronómicos con el innombrable le ofrecen a cambio de prosperidad ilimitada un menú de sangre consistente en platos de zafreros crudos a la carta, una especie de ceviche cañero. Ceviches cañeros cruzan la laguna, el grillo a la luna le da su cantar…¿ceviches?. No importa. Lo cierto es que ayer el can antropófago se hizo ver.
Por lo menos su sombra enorme de troll escandinavo a un chico de Embarcación de 23 años que es sereno en los piletones de vinaza ubicados unos kilómetros detrás de la fábrica del Tabacal que lo vió alzarse como el hombre de arena de Spiderman en la noche ordenándole “¡te vas ya de acá!” en un impecable castellano con sonoridades extraterrestres. ¿Se sentirá dueño de la vinaza? ¿será que se encurdela con el residuo de las cañitas destiladas? ¿Será que se bañará en esas fuentes hediondas que vienen a ser como yacusis para estos peludos?.

El sereno no pensó nada de esto. Salió como cualquier cristiano enfrentado a un demonio sombrezco, echando putas. Batió los cuatro mil metros llanos hasta una casilla de Seguridad a la que llegó temblando, llorando y, por supuesto, mirando hacia atrás a esa sombra de perro entre las sombras del monte no fuera que se lo masticara de plato principal hambreado por el étil piletero que para un monstruo debe ser como un licorcito.
Llamaron por supuesto a Prosegur, a la Unidad regional de Policía, a las fuerzas armadas de la república pero el Familiar se hizo humo. Era un humo según la victima aterrada que le dieron el día libre por una cuestión de derechos humanos. Según el personal de seguridad hablaba medio raro, dando a entender que la visión le había trastornado el habla. No cualquiera se salva de ser comido por el Familiar.
¿Se habrá quedado con hambre el bicho?. ¿Le gustarán dulces?. Mandarán a cuidar a uno que no sea trabajador de la empresa, ni contratista, sabiendo que esos no forman parte de la dieta del perroide descomunal.


Una recomendación para aquellos azucareros que fueren devorados. Una vez en el vientre de la bestia encender una fogata y provocar con ello que estornude y los devuelva al exterior. No está comprobada científicamente su eficacia pero a Pinocho dentro de una ballena le dio resultado.

Algunos piensan que estos cuentos son una excusa para echar gente. ¡Te estamos salvando del Familiar!. Ah bueno, gracias.

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