“…En todo barrio hay un desaparecido.
Lastimando el paisaje, como la hamaca rota de la plaza…”
La hamaca rota José Luis Forcinito
Aún siendo uno menos espiritualistas que un salmón ahumado hay cosas que nos ponen al borde de reventar como sapos incrédulos. Nos ponen como quien pretende cruzar un salmón con un sapo. La reacción lógica es el epíteto: no digas boludeces por favor. Sin embargo debemos anotar ciertos detalles hechos de creencias menos que de sapos y salmones, que aunque no puedan cruzarse, nadie duda de su existencia.
El Sábado 13 de Abril en la feria de Yrigoyen estuvo don Juan Parada (74), el abuelo que sería asesinado casi con seguridad el Lunes y hallado por su hija el Miércoles. En la feria también estuvo una de las chicas detenidas por su muerte, Rosario Beatriz Franco de 19 años, de acuerdo a sus propias palabras en un chat de messenger que obtuvo el GAP.
Además allí había una gitana de las que te leen el futuro por veinte pesos, o las manos, o te tiran las cartas, o acarician una bola, mujeres que suele pensarse en realidad se dedican a engañar incautos. Esa gitana, según dichos tomados de testigos presenciales, le predijo a Parada que no iba a llegar a su cumpleaños. Su cumpleaños fue el Sábado veinte. Murió cuatro días antes.
Junto con Franco estuvieron en la casa del hombre una chica de 16 años y su amigo el tal Tuerto Cuellar que busca toda la policía con el dato que podría estar en Salta, lugar donde se escondió otras veces que tuvo problemas con la ley. El delito que les imputan es homicidio calificado por la participación de un menor de edad.
Este Lunes 22 la niña con nombre de pájaro igual al de la joven directora de la orquesta filarmónica de las Américas, sindicada autora en la investigación, estuvo para declarar en el Juzgado correccional y de menores II de María Laura Toledo. Nosotros esperábamos para presenciar un Juicio de abuso en esa sala. No es cuento. Hubo un entrecruce de gritos entre la familia de la menor y la de Parada que estaba en el Juzgado de Oyarzú, enfrente. De esos insultos podía inferirse la defensa de la chica. Era el viejo violador contra la pendeja asesina. O sea presumimos, no adivinamos, que argumentaría que quiso abusarla. Era obvio.
No sabemos qué declaró pero según fuentes confiables no habló de violación. Como si eso hubiera sido un exabrupto de momento. Lo de la gitana nos dejó pensando.