“En ese momento supe que estaba acabado. En cuestión de horas mi vida se había derrumbado increíblemente. El abogado continuó hablando, pero yo no podía escucharlo. Me costaba respirar. El sudor frío que recorría mi cuerpo me había anestesiado las articulaciones y casi no podía moverme…”
Desafiar al destino Abraham Saúl
“Es su palabra contra la mía”, fue, durante décadas, la defensa más común de los acusados de delitos clandestinos. Era adivinar. ¿Querés que te cuente el cuento de la buena pipa?, sí, yo no te dije “si” te dije si querés que te cuente el cuento de la buena pipa. Le tenías que creer a uno. En los siglos patriarcales la mujer debía probar “honradez” si denunciaba a un hombre de haberla abusado, ahora con la ola feminista es medio al revés, el que tiene que probar honradez es el hombre, sospechoso de por si. Con el avance de la tecnología genética a las palabras se las llevó el viento. Si tu ADN aparece está todo dicho. La ciencia te enmudeció.
En Agosto del año pasado una mamá que veía retraída y triste a su hija de 13 años supo que estaba embarazada y escuchó que en Febrero la había violado el novio de la prima un día que se había quedado a dormir en su casa del Taranto. Era virgen, le había acabado adentro, no tenía dudas. Se le había tirado encima al dormirse todos tapándole la boca, sujetándola con fuerza y bajo amenazas. El tipo identificado como Renzo Norberto Lopez de 22 años fue detenido en Octubre. Decía que era mentira, que no había estado y que el hijo no era suyo. Un cotejo genético con el bebé nacido a los pocos días iba decir la verdad más allá de todo verso.
El estudio lo hizo el CIF de Salta y llegó el 14 de Febrero. Los resultados probaron la paternidad del imputado de abuso sexual con acceso carnal agravado por ser la victima menor de 18 años. Se compararon los alelos de las muestras, es decir cada uno de los pares de genes en los cromosomas y las coincidencias no dejan dudas del vínculo biológico. Ya no va a ser, en el Juicio, una palabra contra la otra.