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TSUNAMI DE PISTOLEROS MUCHA BULLA Y POCA BIYUYA

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Los ladrones son ante todo grandes aprovechadores. Los rateros o los saqueadores aprovechan una ausencia, un descuido los pungas, la indefensión de niños, ancianos, mujeres o discapacitados, los motochorros, el miedo a que te maten, los asaltantes y sus pistolas. En ese tren de sacar ventaja de las circunstancias olisquean riesgos y ganancias para ejercer el afano. En la era de Bagayo en Orán los innumerables “operadores” de frontera que hacían guita a mansalva con el contrabando y la droga ocupaban la primera línea del achaco potable. Robarle a uno medio rengo de licitud te libraba de denuncias y de la Cana aunque, no de las venganzas, que con los sicarios alcanzó su pico máximo. La ruta 5 fue copada por chorros tucumanos que hicieron desastres y hasta provocaron muertes en sus asaltos a narco loneros que iban con carga al sur. Bandas de Jujeños y Oranenses se hicieron fuertes en la 50 y la 34 pirateando a los que cambiaban mucha plata en Bermejo con batengues de celular en las Casas de Cambio. Los convictos que no llegaban a narcos poderosos, como el Coya Rojas o Juansuti, se ponían una capucha y encañoneaban pasadores en sus casas para pelarles bultos y plata.

Son cosas de ellos, de la ley de los cien años de perdón, decía la Justicia y la Policía que no daban, ni dan abasto, con la pandemia urbana de los adictos motorizados que salen a “ganar” con un cuchillo. Con el ocaso de los negocios liberados de la frontera caliente promovido por el dólar que se fue a la mierda y un mayor control del tráfico de la pastafrola, la papa empezaron a ser los delincuentes que se hicieron ricos a tiempo y sus tesoros residuales. El afano interesante es birlar a colegas exitosos buscando datos en el malevaje que son a cara o cruz. Salís rico o puteando. Dependerá de la calidad certeza y viabilidad del apunte. Por ahí se comen unos sapos con baba y todo. Los robos, estos días, no paran. Y las previsiones de sentido común visto el derrumbe de la zona liberada del bagayo que, ilegal o no, daba para comer a legiones de vecinos pobres de las orillas, van a incrementarse. En todas sus modalidades.

“Fue una mala época para el delito. La ineficiencia de los bandidos comunes a menudo alcanzaba ribetes patéticos…”

Historia secreta de América      Eduardo Belgrano Rawson

Una cronología de mediados de Agosto a mediados de Septiembre debe incluir en el casillero delitos contra la propiedad producidos por bandas armadas, una recatafila de hechos, casi todos fallidos pero tenebrosos. El 21 en 9 de Julio al 1500 cinco tipos con chalecos de policía, pasamontañas e Itakas, esposaron a un matrimonio al grito de “Dónde están LAS COSAS”. Se fueron en una camioneta gris, pilas, apenas con una escopeta del 16 y un rifle del 22. LAS COSAS no las encontraron. El 29 en Aguas Blancas a unos bagayeros que esperaban el cruce de unas lonas cinco desconocidos los cagaron a tiros y uno identificado como Emanuel Canavirez (23) recibió un balazo en la pierna. ¿Sería para robarles las lonas?. No dijeron. El 9 de Septiembre aparecieron en Chaco y Uriburu, en un tinglado lleno de bultos, cinco llegados en motos y en un auto gris, y con armas en mano, se afanaron todos los bagayos. Cuatro días antes otros cuatro bandidos de revólver habían interceptado en barrio Zenta a una Salteña que venía de comprar en Bermejo para llevarle la mochila con ropa y cinco mil pesos, un botín bastante insulso, para semejante atraco. Iban en un Siena oscuro y escaparon al norte por la 50. El 14 un matrimonio en barrio 9 de Julio denunció haber sufrido el ataque de tres ladrones con pistola que los maniataron y al hombre se lo llevaron al río para que dijera “Dónde está la plata O LOS LADRILLOS” (Quizá estaban construyendo una casa y necesitaban para la medianera). Golpes, pistolas y de nuevo la camioneta gris esta vez con chapa patente tomada. LOS LADRILLOS no los encontraron. Se llevaron un celular. Nada más. Che hermano no me pasés más datos que con lo que sacamos no alcanza ni para pagarte la comisión. Sabés lo que valen los fierros, la nafta que sube todos los días y el riesgo terrible que corremos, no vale la pena.

“Los piratas más conocidos llevaban el nombre de Guayaminos, por la banda de Santos Guayama, operaban en el desierto y parecían bien informados, pues nunca se les hubiera ocurrido atacar un convoy vacío…”

Historia secreta de América      Eduardo Belgrano Rawson

Corre el rumor que el jefe de las pandillas es un policía en actividad. No llamaría la atención. Es uno de los legados de lo que llaman narcocriminalidad. Comprar con sueños de millones a la gente encargada de reprimirlos.

El 7 en la Colonia los dueños de dos talleres de motos colindantes en la San Martín y Caseros se despertaron con la novedad de me quiero morir me chorearon todo. Habían entrado a la noche por el fondo y limpiado los negocios de herramientas, repuestos y hasta un equipo de sonido, ya que estaban. Los civiles locales supieron por pueblo chico quienes eran los chorizos. En lo de “Bajo Pique” Juan Carlos Cardenas de barrio Guemes secuestraron la mitad de lo robado. Él no fue habido. Se piró convenientemente. Tenía, además, 36 porros de marihuana. En un canal del ingreso al pueblo hallaron lo que faltaba de lo sustraído. Faltaba el equipo de música que recuperaban de los presuntos socios de Bajo Pique, Javier Mauricio Rojas (24) y Emanuel Choque (20) ambos del Medalla Milagrosa. Quedaron detenidos por robo calificado mientras el resbaloso socio con pedido de captura. Aprovecharon la noche. Ladrones típicos. Nada raro.


Poco que ver con los de Orán de mucho ruido y pocas nueces. Entraderas como para vaciar las bóvedas de Banco Macro y salen con un celular para repartir entre cinco. Prueben trabajando. Van a ganar más.

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