
“Mientras más suculentos vienen los chismes, más rápido se desinflan…”
Pacheco no fue Eduardo Belgrano Rawson
El dos del mes la noticia de una banda de cordobeses que usaban inhibidores de señal para robar autos inundó la plaza. La tecnología igualaba Orán a Buenos Aires. Orbes sacudidas por la modernidad criminal.
A la vuelta de la comisaría primera por la Egues extraían de una Toyota (sin forzar la puerta) un celular y doscientos mil pesos. El dueño geolocalizaba el aparato robado en un hotel de la San Martín. Paraban cuatro hombres y una mujer todos del sur de córdoba. Venían a comprar ropa a la frontera.
El mayor un tal Roldán de 40 años confesaba haber hurtado el teléfono y la plata y los devolvía. Decía que la camioneta estaba abierta. Detenían a todos por robo en banda. Y secuestraban unos controles que bien podían ser los famosos inhibidores y no, como aseguraba el dueño, los remotos para abrir el portón de la casa del abuelo. Nunca se sabrá.
Hoy mediante un abreviado le dieron un año de prisión en suspenso a Roldán por hurto calificado y sus compañeros hicieron una probation indemnizando a la víctima con otros doscientos mil pesos. Todos se fueron en libertad.
¿Servirían los chirimbolos para anular las señales de cierre automático de puertas?. Nos quedó la duda.
