“Se irguieron: eran hombres que avanzaban encorvados, casi de rodillas…”
Golpe doble Vicente Blasco Ibañez
Con la bandera verde para el contrabando y el bagayaje la ruta cinco se convirtió en una autopista a la felicidad. Por allí sacaban la mercadería al sur los peces gordos en caravanas con punteros armados o los bagayeros cuentapropistas en sus utilitarios reventando de lonas. La felicidad tenía un costo.
Por el carácter clandestino de los viajes y la oscuridad de la desolada vía los mejicaneros y piratas acechaban. La noche del 20 de Marzo del 2018 una Cangoo con un hombre, dos chicas, y una abultada carga, era interceptada a la altura de Urizar por una Eco Sport con cuatro tipos armados.
La orden era retomar hacia Pichanal para descargar por el río San Francisco. La Cangoo con su conductor original iba delante y la Eco, con dos de los ladrones y las chicas, detrás. El segundo vehículo derrapaba a gran velocidad, daba varios tumbos y se incendiaba. María Angel Barriga (32) y Rocío Marlene Amaya (27), las bagayeras de la Cangoo, fallecían.
A poco detenían un tipo destartalado que se arrastraba ya por la balanza de Pichanal tenido como uno de los bandidos sobrevivientes del vuelco. Era de Tucumán de nombre Cristian Bonet (32). Sus socios, Waldo Luna y un tal Botoni, eran detenidos por la Policía del Jardín de la república y se le unían bajo cargos de robo doblemente calificado, doble homicidio culposo y secuestro.
A punto de cumplir tres años el caso y ya elevado a Juicio cayó un cuarto implicado. José Manuel Perez, hermano de Bonet, supuestamente el que vino a llevarse la carga y auxiliarlo. Todos tienen antecedentes penales. Les ondea una bandera roja de peligro. Pronto estarán sentados en el banquillo.