“Entre sus alucinaciones más porfiadas, hubo un antropoide, apoyado en la alfombra sobre los dedos, que tenía fijos en ella los ojos…”
El almohadón de plumas Horacio Quiroga
En el Juicio programado para hoy en la Sala I la hicieron corta. Nosotros también. Estaban todos los testigos citados para definir si Julio Rafael Vacua (28), un jornalero de los 200 Años al que apodan “Gordo, era o no culpable de haber toqueteado a la hermanita de su novia a los 12 y a los 13 años aprovechando que vivían los tres en el mismo cuarto. Había una Gesell positiva y un cargo de abuso sexual simple y gravemente ultrajante agravados por la convivencia, reiterados.
Lo había pillado la madre metido en la cama de la menor confirmando lo que ella ya le había dicho a sus maestras en la escuela y a pesar que él saltó y se hizo de enchufar el televisor lo echó con todas sus cosas a la calle y puso la denuncia el 9 de Septiembre del año pasado. Vacua aceptó un arreglo de su defensor con la fiscal de cinco años y seis meses de cárcel. Me hago cargo de mi responsabilidad contestó cuando el Juez le dijo que debía confesar el delito. Economía procesal le llaman. Chau, buenos días, firme aquí, que le vaya bien. Caso cerrado, sin desgaste, sin debate. “Fuí yo”. Ah bueno. Lleveló nomas señor guardiacárcel.