“Incompatible con cualquier hipótesis que no fuera la de culpabilidad…”
Mi crimen favorito Ambroce Bierce
El destino de un hombre de 44 años vecino de los Toldos era una cuerda extendida entre los trece años de reclusión forzada y la libertad. Se debatía en la Sala I de Juicio de Orán.
Venía con semiplena prueba de haber violado a fuerza de cuchillo a un chico de 29 años con un retraso madurativo moderado en noviembre del 2022, para ser más exactos el viernes 25.
Las pruebas eran la declaración de la victima, el examen médico de actividad sexual reciente vía anal, y un antecedente similar del apodado Chunko. Su defensor el abogado Cristian Illezca trabajó una contraprueba que resultó lapidaria. Su cliente no podía haber violado a nadie ese viernes porque andaba de peón con otro vecino trayendo unas sesenta vacas un montón de kilómetros del pueblo en un paraje que se accede por Bolivia y había vuelto el martes. Lo decía su patrón y hasta el panadero donde compraron provisiones para iniciar el trayecto. A no ser que fuera un fantasma el tal Chunko no era el violador. No ese día por lo menos.
Ayer fue absuelto y liberado.
Vive, así se consignó en el acta, a cinco minutos de caminata del puesto policial de los Toldos.