Una ocurrencia creativa los convenció de haberle encontrado el agujero al mate. Y se lanzaron ebrios de millones a la aventura narco. El plan era perfecto. Fingir llevar un enfermo grave en la ambulancia y con el camuflaje de la urgencia sortear de Orán a Buenos Aires cualquier control que pusiera en peligro el polizón de ciento treinta y cuatro kilos doscientos veintinueve gramos de cocaína empaquetada. La gendarmería de Monte Quemado en Santiago del Estero secuestró cincuenta panes debajo de la camilla de la actriz del trastorno renal y otros veinticinco de una bolsa alpillera del compartimiento de los insumos médicos y veinticinco más en el fondo de la rueda de auxilio de la Fiat Ducato y veintinueve en un bolso Adidas negro encintados de un amarillo intenso. Un packaging que parece ser el último grito del rubro.
La causa 2086/24 del Juzgado federal 1 de Santiago a cargo del Juez Gullermo Molinari tiene detenidos e imputados por infracción a la ley de estupefacientes a la enferma, en realidad peluquera, Andrea Jorgelina Salas, al enfermero, su primo, Marcelo Alejandro Salto y al chofer Cristian Osvaldo Rojas. Del análisis de sus celulares surge su participación y que cobrarían más diez millones cada uno.
Lucía Ines Amaya (36) quien pagó el traslado de la “paciente” en el centro de hemodiálisis se presentó el 3 de mayo en el Juzgado con el abogado oranense Enrique Romano y quedó detenida. Dijo que su amiga (Salas) le pidió hiciera el favor de ir a abonar los dos millones de pesos del traslado porque no se llevaba bien con la secretaria. Pagó por una enferma real que no fue la que viajó.
El cargamento se valuó en dos mil millones y del director y productor ejecutivo de la parodia tienen solo un apodo. Hay nuevas detenciones en camino.
No fue tan perfecto el plan después de todo.