“El crimen más curioso que yo ví no lo cometió nadie…”
Cosa juzgada Rodolfo Walsh
Todavía no se sabe a ciencia cierta de qué murió el hombre encontrado en un callejón de las plantaciones de hortalizas de la finca Demisa el Domingo a la madrugada.
Sabemos que se llamó Reinaldo Jurado y que tenía 54 años. El trabajador estaba a unas dos cuadras de los caseríos con la cabeza ensangrentada. “Abundantes manchas de color rojo sanguinolento en la parte posterior de la cabeza” anotaron en el primer informe policial. A simple vista presenta tajos en la cara.
Su cuerpo recaló en la morgue judicial para el hisopado de coronavirus y posterior autopsia si el resultado es negativo. El problema es que no había hisopos y recién hoy al mediodía llegaron o consiguieron. Mañana o pasado podrían hacer la pericia. Puede haber muerto desangrado. O de un golpe.
En torno a la escena de un evidente crimen recogieron un implemento de riego, una bolsa con un cuchillo ensangrentado, hicieron fotografías de huellas y basados en el viejo apotegma detectivesco que el primer sospechoso fue el último en ser visto con la victima, detuvieron a Oscar Enrique Moya (31), otro trabajador. Ayer Lunes prestó declaración.
Dijo conocer a Jurado por ser compañero de trabajo pero negó haber estado bebiendo con él la noche anterior a su muerte. No tengo nada que ver con lo que me acusan, afirmó. Aportó haberlo visto tomando con unos desconocidos. La imputación en su contra se formalizará o no luego que se verifiquen las causas de la muerte. Hasta tanto, seguirá detenido.