“Eufrasio llega a su casa y encuentra a sus dos hermanos debajo de la cama, y su madre arrodillada orando frente a una vieja foto de la virgen, mientras las gallinas cacareteaban como si ya fuesen a poner…”
¿De dónde vienen las tragedias? Jeison Villalba

Un derecho elemental en la cumbre dorada de la libertad individual es no ser molestado. El Estado, si es que sirviere o sirviese para algo, debería garantizarla.

En el resonado caso ventilado en Marzo pasado con replica triunfal en las redes sociales de la chica Janet que tuvo que acorazar su negocio de ropa como la embajada de Estados Unidos en Irán vencida por el acoso enfermizo de un convicto de media cuadra delirado en que la “iba a culiar” y luego “matar” la solución fue volverlo a la cárcel bajo cargos de amenazas calificadas por violencia de género.

Al día de hoy lleva cinco meses en los calabozos de la Comisaría 20. El “Loco” Juan Marcelo Luna (44) no perdió las mañas con el encierro y ahora, cuentan, vuelve locos a los detenidos novatos a los que les saca la comida y la ropa que les llevan los familiares.

A un rubito acusado de robo lo agarró de hijo y tuvieron que trasplantarlo a la alcaidía. De hijo y quien sabe qué más. En sus períodos de abstinencia se pone insoportable puteando que está preso injustamente y es que es por una fiscal que lo odia.

No estaba con condicional como decían. La única condena que tiene es de tres años en el 2013 por acuchillar al nuevo marido de la ex mujer y está cumplida. Sus conductas trastornadas lo tienen preso. Nadie lo odia. La gente quiere vivir tranquila, sin que la culien ni la maten.