El Viernes 21 de Diciembre, al mismo tiempo que condenaban a la chica Bridoux a ocho años de prisión por un accidente en el que mató a dos chicas adolescentes, la Vane y Gise Barba, allá por Julio del 2008, otro siniestro dejaba cuatro victimas fatales a unos cuarenta kilómetros al norte de la ciudad en la última curva yendo en esa dirección antes de Aguas Blancas. Un Chevrolet Cruze, nuevo, con cinco ocupantes agarró un pozo a una velocidad desmedida y se fue a partir contra un árbol que hizo de contención para que no acabara en el río. Sin culpables externos congeniaba con el caso Barba en la magnitud de la tragedia.

Uno solo sobrevivió, César Alberto Ceballos, que se encuentra en terapia intensiva con un diagnóstico de “fractura de tibia derecho, fractura de humero derecho, fractura de arco posterior derecho 9,10,11,12, hemotorax y neumotorax derecho, pulmón izquierdo contusión pulmonar”. Murieron Sergio David Estrada (24) y Luis Daniel “Negro” Ceballos (17) de Aguas Blancas. Lo que es el destino, el menor, cuentan, dormía y lo despertaron y convencieron para el viaje. Efrain Falon (37) de un lugar donde venden coca en Orán en barrio San Antonio y el boliviano Ruben Calle (28), natural de Santa Cruz radicado de hace un tiempo, indocumentado.

Viernes negro, bautizó el Tribuno, asociando el desastre no al antiguo de las hermanitas Barba, sino a otros fatales ocurridos en Tolloche y Pizarro.
Esa jornada luego de once días en Terapia Intensiva pasaban a sala de Traumato a Sergio Victor Palma, un estudiante de Pichanal de 18 años, que fue hallado tirado cerca del cementerio junto a una amiga de Yrigoyen de 22 al parecer habiendo chocado un caballo con su Honda 150, iban muy machados, fue a las cuatro de la mañana del Domingo 9 del mes.

El chico, nos dijo el tío, circulaba sin luces, el animal se le debe haber aparecido de repente. Lo vimos hoy, le espera una larga rehabilitación, sufrió un TEC grave, todavía no habla pero ya ha empezado a mover sus miembros.

“-Este barril de anoche, reflexionó, ha transformado mi pobre cabeza en una olla de grillos…”
Rip Van Winkle    Washington Irving

De alguna manera concatenado a las tres, más o menos, de la tarde, un choque brutal de un Fiat Cronos flamante contra un Renault estacionado conmocionaba a las 402 viviendas por el límite de calle Arenales. El Renault estaba contra el cordón oeste, a la salida del pasaje Guerrero o en el vértice de la manzana 3 B, y el Fiat venía a mil en sentido contrario.

A uno de sus ocupantes se lo llevaron a la Comisaría, al otro, en un estado catártico de alcohol, al hospital. Según un enfermero no corre peligro su vida y esperan que le baje un poco la intoxicación para hacerle estudios.

El vehículo misil se incrustó en el asfalto y se arrugó quedando con la cola hacia arriba. De adentro sobresalían bebidas espirituosas y un cuchillo. El dueño del blanco fijo impactado contaba que fue testigo presencial de la colisión ya que estaba a metros, dirigiéndose, justamente, al auto. Por suerte no estaba adentro. Encalló sobre la vereda.

Repasando los siniestros aparecen como causas eficientes, o manejar borracho o a exceso de velocidad, las cosas por las que condenaron a la Bridoux.