“Mi membrana nasal me pedía, me rogaba por algo más virulento…”
PRIMERO, NO EXPERIMENTÉ NINGUNA SENSACIÓN Roberto Fontanarrosa
Calle Mitre al final. Barrio dos de abril. Diez de la noche. Un año y medio atrás. Tinieblas. Una chica va con su hermano. Uy, dice él, me olvidé el cargador, esperame. Unos segundos después ella ve aterrada que sale del monte un drogado. La encara.
Saca un revólver marrón, gordo, se lo pone en la cabeza. “Dame la cartera o te meto un tiro” amenaza. Con botín en mano el zombie se pierde asentamientos adentro. Vuelve el hermano y encuentra a la victima llorando a gritos. Tenía seis mil quinientos pesos en la cartera. Van huelleando al ladrón. En una esquina les dicen que vieron pasar a un tal “Hueso” o “Huesito”, corriendo.
Seguro está en lo de “Moria” que abastece de droga a todo el piperaje de la zona. Los hermanos se presentan en esa casa con refuerzos y se arma un tiroteo en el que resulta herido el chango, apodado “Perro”. Han disparado desde las ventanas, dicen que ha sido la Johana Maribel Porcel (30) pareja o ex pareja de Juan Marcelo “Moria” Arnes (42) un enfermero universitario.
La intervención policíaco judicial tipifica la conducta de José Luis “Huesito” Gallardo (22) como robo calificado por arma, la de Porcel, lesiones graves con arma de fuego, y la de Arnes, encubrimiento.
Ayer Martes 30 a las cinco de la tarde los tres aceptan los delitos y las sanciones que acuerdan sus defensores, Roberto Ortega, Enzo Gianotti y Lucinda Segovia con la fiscal. Ostensiblemente menores a los originales. Alegan que las victimas no mostraron interés en la Causa.
Tres años en suspenso para Gallardo la mínima de robo con arma SIN PERITAR, cuatro meses en suspenso para Porcel por LESIONES LEVES y tres para Arnes por partícipe de las lesiones leves. Reglas de conducta, firma del acta, y telón.