“En su sangre crecía una ira profunda, casi asesina…”
El robo Katherine Anne Porter
Tiene casi sesenta años y corre con la cara desencajada y la lengua afuera detrás de una Cryptón roja montada por dos sujetos que, casualmente, es suya y acaban de robarsela. Busca aire abriendo la boca con desmesura al ver que se meten en la ruta 50 y se pierden para el lado del canal en la vegetación. No da más. Putea como descosido. ¡Hijos de mil putas!.
Justo aparecen unos motoristas policiales para tomarle la posta. Se internan en el punto señalado por la victima. Detienen a un chico de 16 años. El cómplice huye. Han camuflado la moto entre las plantas. La encuentran.
El dueño con las pocas fuerzas que le quedan tras la maratón pone la denuncia. Cansado pero, suponemos, contento. El trabajo es uno de varios informados por la sección motorista de emergencias policiales los últimos días.