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SEGUNDO JUICIO POR CRIMEN DE CABRERA TODOS ABSUELTOS

SEGUNDO JUICIO POR CRIMEN DE CABRERA TODOS ABSUELTOS

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El Juicio a los gomoneros de Aguas Blancas acusados de matar al “Gastón” “Michi” u “Ore” Israel Cabrera (22) en el 2015 amenazaba ser el camino largo que baja y se pierde de la zamba Paisaje de Catamarca que Los Chalchaleros dejaron impresa en la tradición de la música popular argentina. Parecía que no fuera a terminar nunca, que fuera a perderse en lontananza, y eso que era el segundo debate luego que el primero, donde se condenó a los cuatro imputados, se declarara nulo. Por fin hoy al mediodía, Jueves 20 de Septiembre, el tribunal de la sala I dio vuelta el primer veredicto absolviendo por la duda a Victor “Lino” Jaramillo, camarero de Aguas Blancas de 29 años y dos hijos, a Maximiliano “Maxwell” Mamaní de la misma edad y oficio, a Luis Alberto “Kirchner” Naveda, de 25, de las 402 viviendas, y al “Uruguayo” o “Barba” Ernesto Federico Abreu Garcia, remisero del barrio San Francisco de Ledesma de 32 años.
El debate comenzó el 28 de Agosto y hubo lógica reticencia en muchos testigos intimados a comparecer para que digan lo que ya habían dicho unos meses atrás haciendo de cuenta que nunca dijeron nada. Pone otra cosa vieja esa ya la vimos. La gente se infla, se molesta. A los últimos dos testigos que declararon el Miércoles los tuvieron dos días presos para asegurar que fueran. Eran el hermano del muerto, el “Tulipan” Julian Chavez, y un amigo el “Lechuza” Daniel Alejandro Mamaní, claves en el armado de la acusación porque de acuerdo a informes de los investigadores habían escuchado de Maxwell, la tarde del crimen, que lo iban a hacer boleta al Gastón. El problema es que el Gastón ya estaba muerto para esa hora y que terminaron declarando que los coaccionaron y firmaron cualquier cosa. Son chicos marginales y drogadictos “guachines” indiferentes de todo menos de librarse lo más rápido posible de la Cana.

“Ya sabés como cuesta matar a un hombre en un libro. Hacés cuarenta versiones y el tipo como si nada. Contarlo es peor que matarlo…”
Historia secreta de América      Eduardo Belgrano Rawson

Cabrera

A la hora de los alegatos la fiscal Carreras repitió lo del primer Juicio y aunque tenía la restricción del tribunal de Impugnación que no se podía condenar a ninguno a más de los quince y doce años anteriores, volvió a pedir perpetua. Cosa cuestionada por la Defensa. Eran tres. Roberto Ortega por Mamaní, Joaquín Velez por Jaramillo y Federico Neuberger por Náveda y Abreu. Entendían que eso iba a anular otra vez el Juicio y el cuento de la buena pipa o el camino en bajante de Catamarca iban a ser un poroto. La acusadora aclaró de entrada que faltaban pruebas objetivas y solo tenía indicios que conjugados desembocaban en la certeza que los cuatro sentados en el banquillo habían asesinado a Cabrera con un pistolón u escopeta del 14 o 16 (nunca fue hallado) la tarde del 21 de Abril del 2015, disparado a cinco centímetros atravesándole el cuello de izquierda a derecha, le parecía importante resaltar ese detalle, que el taco quedó del lado izquierdo. Su historia hacía coincidir los hechos ciertos de la muerte con el de que esa mañana la victima le robó el celular y seiscientos pesos a Jaramillo en los gomones aprovechando que se quedó dormido borracho y que éste le pidió a Maxwell que estaba en Orán lo buscara para que se lo retornara. Maxwell junto a Náveda buscaron toda la tarde a Gastón, un tipo descripto por sus propios amigos como un ladrón obsesivo, dañino, que había estado mil veces en la cárcel (la última por vender marihuana frente a la escuela Pizarro) que sus padres no dejaban entrar a sus casas, viviendo “meta drogarse”, “era piola” dijo el Lechuza.


Si como indicaba la autopsia murió entre las cinco y las siete y a las ocho sus amigos lo seguían buscando, es absolutamente fantasioso pensar que esos chicos rústicos estuvieran actuando una estrategia planificada de impunidad, era, claramente, que no lo mataron. El peludo de regalo fue el Ledesmense o Ledesmeño Abreu, remisero que venía a buscar coca, conocido de Jaramillo, involucrado en el cuento porque tenía Renault 19 blanco y varios vieron por última vez a Gastón en Orán en la parte del acompañante de un auto blanco “nuevo” igual al visto buscandolo temprano, la macana que el de Abreu no era nuevo, era viejo, y, además como declaró alguno de los testigos no tenía un León de marca que si tienen los Peugeot.
La idea Fiscal era que el asesinato se produjo dentro del auto que fue sometido a pericias al año del hecho y dio 13 rastros de Luminol positivo (detecta sangre) en el asiento de atrás pero negativo para hemoglobina. El auto se había fundido y estaba sin motor en un taller mecánico. Además tenía cortado el cinturón de seguridad del acompañante. Con mucha imaginación se podía correlacionar el escopetazo del lado izquierdo, con su posición en el auto, y el cinturón roto. El afán detectivesco se venía abajo por el tiempo transcurrido, y por el hecho que no hubiera daños ni sangre en el lugar presunto que dispararon, por otro lado el Jefe de criminalistica Pedro Alvarez había sido claro respecto a que el cuerpo no presentaba ni signos de defensa ni de arrastre, es decir que lo habían fusilado allí en la banquina próxima al río Blanco, donde fue encontrado.

Imputados acaban de saber que se van en libertad absueltos

Había además elementos indiciarios del peritaje de los celulares de Mamaní y Jaramillo, en el que el primero estando en el cárcel le reclamaba a su colega gomonero que todo era su culpa, por borracho, y que no se iba a comer solo ese garrón, “vos estas hasta la pija conmigo, culpa tuya tengo que estar asi ahora dicen que me van a matar en la carcel” “te esperan 15 años a la sombra igual que a mí”. Los mensajes en otros tramos hacía suponer que el “garrón” era de los dos. Vos sos inocente, no te escondás, no te hagas la cabeza si vos no has sido. Los puntos negros del relato podían permitirse en la literatura, espacio para inventar lo que quieras, pero no en un Juicio donde hay cuatro personas que se juegan muchos años de cárcel, dijo Velez. Para Neuberger todo había sido un armado de los investigadores policiales escuchando chismes en el velorio que se la vendieron a la fiscal. Apretando gente para que coincidieran las cosas.
Los cuatro del patíbulo fueron parcos al hablar antes que el tribunal pasara a deliberar. No tengo nada que ver, mantengo que soy inocente. Los Jueces tardaron diez minutos. Fue fallo unánime.
Los gomoneros estuvieron tres años y cinco meses presos.

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