“Había olor a encierro, a calor…”
Las casas en la otra orilla Federico Falco
Lo barato sale caro. Mandaban a su hija a clases de apoyo en matemáticas con un conocido práctico en la asignatura (en realidad es técnico en reparación de cocinas) que siempre se negó a cobrarles.
La chica fue desde los ocho a los catorce años, en ocasiones tres veces a la semana.
Ya púber en octubre del año pasado vencida por el asco se animó a contar la trastienda del aprendizaje. El profe la llevaba a una cama le hurgueteaba sus partes íntimas, la chupaba y le daba besos de lengua cosas tan asquerosas como incomprensibles siendo una niña. Se defendía haciéndose la dormida.
Al “docente” (no confundir con DECENTE) un hombre de 52 años apodado Tacacho lo juzgaron la semana pasada bajo cargos de abuso gravemente ultrajante continuado calificado por ser el encargado de la educación de la victima. Pasará ocho años en la cárcel. El muy pillo se cobraba.